9 de febrero de 2015
Momentos de silencio para alinearnos y estar totalmente
presentes en nuestro cuerpo.
Recordáis la pregunta ¿Sabes que estás vivo? ¿Qué es para ti estar vivo? ¿Cuál
es tu razón de vivir? ¿Habéis reconocido cuál es la moda de esta temporada en
vuestros cuerpos? ¿Sabéis la nota o la vibración que estáis emitiendo?
La mente nos recuerda constantemente todo aquello que está
pendiente, que aún no hemos aprendido o necesitamos cambiar pero nunca nos
nombra lo conseguido o aprendido. Es bueno recordar esta otra parte que nos
coloca en el reconocimiento de quiénes somos y abre la puerta a la gratitud.
Vamos aprendiendo, cada uno a su propio ritmo. Cada día amanecemos distintos,
más completos aunque nos parezca que estamos en baja forma, aparecen quizás
resistencias, pero solo es un estado transitorio que nos lleva a dar el paso
definitivo para llegar al reconocimiento de lo nuevo adquirido. Somos seres de
Luz en constante evolución como la vida que somos. No os dejéis llevar por la
parte de nosotros que nos conecta con el pasado, lo adquirido y mirar de poner
la mirada en lo nuevo que es el gozo, la alegría de estar vivos experimentando
la materia. Es conectar con la luz en lugar que quedarnos en la oscuridad.
Una de las cosas que nos cuesta mantener es el estar atentos
al momento presente. Nos distraemos con cualquier cosa que nos coloca en la
mente y nos facilita descansar de la observación. La repetición sin sentido de
las afirmaciones, sean del tipo que sea,
sin atención o respuesta a una situación, nos colocan fuera del
presente, en el automático y no vivimos la realidad del instante que se
presenta, estamos desconectados. Nos resulta tan habitual que no nos damos
cuenta. Diréis es positivo el acto en sí, es cierto, pero cuando dejo de estar
presente ya no me sirve, pasa a ser otros instantes en blanco de nuestra
existencia, hemos dejado de experimentar, vivir y en consecuencia perdemos la
oportunidad de aprender aquello que la vida nos traía en aquel momento
¿Comprendéis?
Os recomiendo la lectura del libro –prestado por un amigo-
que acabo de leer y que ha llenado mi corazón de gozo de conectar a través de
la lectura, con un alma de luz que reconoce lo sagrado en la tierra y en todos
los seres vivos y lleva a la acción su propósito de vida: Espiritualizar la
materia, que es el propósito que todos tenemos llevado a la práctica de
distinta forma según nuestra especial manera de manifestarlo.
Paso a detallar trozos del libro Pierre Rabhi – El canto de
la Tierra de Jean-Pierre y Rachel Cartier – El barquero –José J. de Olañeta,
Editor. Es la entrevista que le hacen los autores a la casa de Pierre Rabhi y
el dice:
“La Tierra no está aislada y, por esto, es en
sí misma un elemento vibratorio sumergido en ese baño vibratorio que emite cada
planeta, cada estrella, cada constelación. Es, pues, el conjunto de este
sistema vibratorio el que da un orden al universo.”
Nosotros también tenemos ese elemento de vibración y no
estamos aislados, pertenecemos al conjunto vibratorio que es la Vida, la Vida
en mayúscula, que todo lo incluye.
“Hoy en día, dice, se habla y se habla, se
hacen proclamas a menudo llenas de buenos sentimientos, pero ¿de qué sirva
esto? Quizá para tener buena conciencia, para creerse bueno, generoso… Esto no
va muy lejos. Hay que profundizar más y para esto está bien que no deje de
repetir que nunca deberíamos separar lo espiritual de la vida. El menor de los
elementos de la sociedad debería estar espiritualizado. Esta es a mi manera de
ver la clave para que el mundo resulte soportable. No me hago ya preguntas
abstractas, ya no me pregunto qué es la verdad, esa verdad que tanta gente
querría meter en una jaula. Me contento con actuar intentando ser lo más
coherente posible.
Además hay que comprender que es el espíritu el
que hace actuar. Mi cuerpo, mis manos, deben estar al servicio del espíritu, es
él quien los conduce. Si no fuera así, me pregunto por qué no habría actuado
como la mayoría de las personas con el simple objetivo de ganar dinero sin
pensar en nada más. No soy menos capaz de ello que otros. No me hago muchas
preguntas. Me contento con mirar a mi alrededor, y cuando veo la miseria que
reina en numerosos países, cuando veo niños con las costillas marcadas que
nacen para morir, me digo que debo hacer algo y me preguntó qué esperamos, los
pueblos ricos, para atacar finalmente este problema. Tenemos los medios para
hacerlo. Lo que nos falta es el espíritu”.
“El hombre no es el ser superior que cree ser.
Sólo es verdaderamente superior cuando cultiva esa virtud demasiado escasa que
es la compasión”.
“Nací en el desierto –dice-, es decir, en el
mundo del silencio, y esto me ha marcado profundamente… Durante mi infancia
estuve sumergido en esta atmósfera como en el líquido amniótico. Esta cualidad
de silencio nos lleva a hacer silencio en nosotros mismos”…
Medita en tu Ser.
Honra a tu Ser.
Adora a tu Ser.
Comprende a tu Ser.
Dios vive en ti como tú mismo.
Dice Swami
Muktananda
Ejercicio de Concentración y Meditación de los Ciclos de la
Vida.
Núria Argany
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