No
existe un camino para la Felicidad, la Felicidad es el camino.
Mahatma Gandhi
¿Comprendéis que cuando
la emoción no resuelta está presente en nuestra personalidad/cuerpo no
actuamos/respondemos con naturalidad ni fluidamente? ¿Visteis como la agitación
se instala en nuestro cuerpo y una especie de atolondramiento nos lleva hacia
acciones precipitadas con la intención de llenar el vacío causado por la falta
de respeto/atención en que vivimos la situación?
Es el momento de respirar y darse unos momentos de
atención/observación a lo que nos está sucediendo, de lo contrario haremos
acciones faltas de verdadero significado o la contendremos o en último caso nos
desconectaremos. En estos momentos disponéis de muchas herramientas de trabajo
que os sirven de ayuda para reconocer los síntomas y trabajarlos.
Ser uno mismo es aceptarse tal cual, sin arreglos ni
florituras y cuando lo hacemos empezamos a saborear la vida, dejamos la lucha
interna de aparentar lo que no es, observamos las diferencias, comprendemos y
nos amamos, AMAMOS.
Vamos a indagar un poco más en el tema de las creencias y
reacciones automáticas:
El principal determinante de nuestras emociones y conductas,
no es la realidad, ni las situaciones que experimentamos. De hecho, es lo que pensamos de nosotros mismos, de
los demás y de la realidad; lo que determina nuestro comportamiento.
Resulta evidente que ante una misma situación, reaccionamos de manera diferente
según cómo percibamos o evaluemos la misma. Cada uno de nosotros, en nuestra
trayecto vital, hemos desarrollado creencias
sobre los demás y sobre el mundo, este modo de pensar personal nos
predispone a actuar en congruencia. A veces estas creencias son irracionales, pero están tan arraigadas
en nosotros que no somos conscientes de ellas, y actuamos automáticamente. Es
importante tener en cuenta, que las creencias no son algo permanente y fijo,
por tanto podemos adquirirlas o eliminarlas. Una vez identificadas, podemos
liberarnos de las que nos perjudican y cambiarlas por otras más convenientes.
Son pensamientos deformados automáticos que nos influyen en
la percepción de la realidad, y que todos tenemos en mayor o menor grado. ¿Cómo podemos detectarlas y modificarlas?
Pistas para reconocerlas:
-Sacar conclusiones generales de un solo hecho. Es
sencillamente la tendencia a exagerar.
-Palabras Claves como Todo, Nadie, Nunca, Siempre, Todos y
Ninguno es una tendencia que podemos combatir, cuantificando, al examinar
cuanta evidencia hay, en realidad, para las conclusiones obtenidas y siendo
conscientes de que no existen absolutos. Para hacer los pensamientos más
flexibles usar palabras como: es posible, a veces, a menudo.
-Evitar un juicio global con una o dos conductas. “Si no te
lleva en su coche, es un completo egoísta”. Las etiquetas contienen algo de
verdad, pero distorsionan el juicio global. Mejor aplicar las observaciones a
casos específicos.
Es bueno preguntarse a sí mismo si un caso es siempre verdad,
o sólo es cierto ahora o sólo verdadero algunas veces.
-Se utiliza un FILTRO selectivo con el que se magnifican los
rasgos negativos y se sacan de contexto las experiencias negativas. Se trata de
una visión de túnel, cada persona posee su túnel particular por el que observa
el mundo. Frecuentemente, se tiende a exagerar los problemas.
“No puedo resistirlo” “No soporto que…” “No aguanto que…”
Para superar el filtraje, es preciso centrar la atención
sobre las estrategias de afrontamiento del problema, y no obsesionarse con el
mismo. Para vencer la tendencia a la exageración sería bueno dejar de usar
palabras como: terrible, tremendo y frases como “no puedo resistirlo”.
-El uso del pensamiento polarizado, también es una forma
extremista, sin término medio. Una persona es Perfecta o es un Desastre,
Bueno/malo, Útil/inútil, Correcto/incorrecto, Blanco/negro, etc. La persona no es
feliz o triste, cariñosa o esquiva, valiente o cobarde, inteligente o estúpida,
sino que se distribuye a lo largo de un continuum.
Los seres humanos son demasiado complejos para ser reducidos
a juicios dicotómicos. Las personas tienen un poco de todo.
-Los razonamientos emocionales condicionan, se cree en algo,
sólo porque lo sentimos así. Las emociones son producto del pensamiento, no
tienen validez por sí mismas. Descubrir el pensamiento que subyace detrás de la
emoción nos da la oportunidad de cambiarlo.
-Tratar de leer el pensamiento, y por lo tanto creer saber lo
que piensan y sienten los demás, sin basarnos en los hechos y la lógica nos
lleva hacer juicios repentinos sobre los demás. “Eso lo dice por…” “Eso se debe
a…” Mejor comprobar antes de opinar.
-Relacionar algo del ambiente con uno mismo. Por ejemplo:
Alguien está serio (le duele la cabeza), automáticamente pensar que está
enfadado con nosotros, etc. La comparación con los demás nos lleva a una
crítica constante hacía nosotros mismos.
El valor de una persona no consiste en ser mejor que los
demás, así que ¿por qué jugar a las
comparaciones?
-Sobreestimar los errores de los demás y minimizar los
propios. “Ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio”.
-La única persona a la que uno puede cambiar es así mismo.
Sin embargo, es una creencia irracional bastante extendida; creer que una
persona cambiará para adaptarse a nosotros con diferentes estrategias: exigir,
ocultar cosas, echar culpas…
“Si tal cosa cambiara,
yo podría”. El
resultado es que la otra persona se siente atacada y no cambia en absoluto. Se
necesita cambiar a la gente porque nuestras esperanzas de felicidad parecen
depender de ello.
LA FELICIDAD DEPENDE DE CADA PERSONA, Y MÁS PROPIAMENTE, DE
CADA UNA DE LAS DECISIONES QUE VA TOMANDO A LO LARGO DE SU VIDA.
Una vez que hayamos detectado los pensamientos deformados más
predominantes, estaremos en disposición de cambiarlos por otros más adaptados a
la realidad. Como hemos dicho anteriormente disponemos de múltiples formas para
lograrlo.
.
LAS PALABRAS CREAN LIMITACIONES
¿Hay un pensar sin la palabra? Cuando la mente
no está obstruida por las palabras, el pensar no es el pensar tal como lo
conocemos; es una actividad exenta de palabras, de símbolos; por lo tanto,
carece de fronteras, ya que la palabra es la frontera.
La palabra crea la limitación, y una mente que
no está funcionando a base de palabras, no tiene limitación alguna, no tiene
fronteras, no está amarrada (…). Tome la palabra amor y vea qué despierta en usted, obsérvese; en el instante en que
menciono esta palabra, comienza a sonreír y se endereza en el asiento,
experimenta cosas. La palabra despierta, pues, toda clase de ideas, de toda
clase de divisiones, tales como amor carnal, espiritual, profano, infinito, y
demás. Pero descubra qué es el amor. Por cierto, señor, para descubrir qué es el amor, la mente debe estar
libre de esa palabra y del significado de esa palabra.
Ejercicio de Concentración y Meditación.






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