El Bien más precioso: la Vida
¡Cuántas veces os ha sucedido que desperdiciáis
vuestra vida corriendo detrás de adquisiciones que no son tan importantes como
la vida misma! ¿Habéis pensado en ello? Si pusierais a la vida en primer lugar,
si pensarais en cuidarla, protegerla, conservarla con la mayor integridad, con
la mayor pureza, tendríais cada vez más posibilidades de obtener lo que
deseáis. Pues precisamente esta vida limpia, iluminada, intensa, es la que
puede proporcionároslo todo.
Por el hecho de estar vivos creéis que todo os
está permitido. Pues no; cuando hayáis trabajado durante años para satisfacer
vuestras ambiciones, os encontraréis un día tan agotados, tan hastiados de
todo, que si colocáis en una balanza lo que habéis obtenido y lo que habéis
perdido, os daréis cuenta que lo habéis perdido casi todo para ganar muy poco.
Cuántas personas dicen: “Puesto que tengo la vida, puedo servirme de ella para
conseguir todo lo que deseo: dinero, placeres, conocimientos, la gloria…”
Entonces se posesionan de todo, y cuando no les queda nada tienen que
interrumpir todas sus actividades. No tiene sentido actuar así, pues si se
pierde la vida, se pierde todo. Lo esencial es la vida, y debéis protegerla, purificarla,
reforzarla, eliminar lo que la dificulta o la bloquea, porque gracias a la vida
obtendréis la salud, la belleza, el poder, la inteligencia, el amor y la
verdadera riqueza.
En lo sucesivo, trabajad pues para embellecer
vuestra vida, para intensificarla, para santificarla. Pronto la sentiréis: esta
vida pura, armoniosa, alcanzará otras regiones donde actuará sobre multitud de
entidades que vendrán después a inspiraros y ayudaros.
Reglas de oro para la
vida cotidiana
Omraam Mikkhaël
Aïvanhov
Recuerdas la pregunta: ¿Qué
es la vida? ¿Qué es la vida para ti? ¿Qué sentido tiene la vida para ti?
¿Recordáis que una de
las energías más potentes es la rabia/enfado? Es resultado de contención, de no haber expresado en
un momento determinado, o sencillamente el sentir que no somos reconocidos,
aceptados… , quizás instalados aún en la pataleta… El hecho concreto es que
nuestro personaje, nuestro ego se siente herido porque no nos hacen caso, no
conseguimos aquello que queremos o creemos que merecemos y muchas veces no nos
atrevemos a expresar… Es la guerra!!! Decían los hermanos Marx y así es, una
guerra de egos. ¿Importa tener razón?
Cada uno tiene su verdad y sus motivos. Lo que quizás deberíamos tener en
cuenta en las relaciones es clarificar las situaciones, hablar… para evitar
cúmulos de malos entendidos y susceptibilidades. Normalmente no nos sentimos
amados suficientemente o respetados y ahí puede encontrarse algunas heridas
hasta que estallamos: ¿Qué se ha pensado?
¿Yo qué he hecho? ¿Me merezco esto? ¿Os suenan estas frases? Defendiendo el
territorio, el personaje ¿Comprendéis?
¿Cuándo dejaremos de
luchar, criticar? La
diferencia es un aprendizaje, una manera distinta de entender o hacer las
cosas. ¿Es tan importante tener razón?
¿Ser poseedor de la verdad? ¿Qué
verdad? DEPONED LAS ARMAS Y ABRIR EL CORAZÓN, DEJANDO SALIR LA COMPRENSIÓN,
EL RESPETO Y EL AMOR.
Si tenéis asuntos pendientes de clarificar, expresar… es el
momento; luego a la paz y el gozo que es la vida. Aprended a través del amor,
la comprensión, el respeto hacia uno mismo y a los demás. Se acabaron las
rencillas, las huidas de las situaciones que no nos sentimos cómodos y los
enfados innecesarios. Es la era de la transmutación, el perdón y el amor con
mayúscula.
En la Meditación hemos de atravesar todas las creaciones de la mente, el mundo ilusorio para llegar a lo esencial. Las luces de colores son bonitas y nos fascinan pero también hemos de ir más allá por medio de la atención y la observación. Al aparecer luces y círculos de colores que van y vienen, significa que nos encontramos en una relajación más profunda, más tranquilos, no hay pensamientos ni emociones. Vamos profundizando. Las experiencias en este campo como en otros son siempre muy personales. La experiencia de la iluminación también es así, aunque tiene unas características similares que nos hablan de un estado diferente, cada persona vive una experiencia única.
Dice Swami Muktananda en el libro El juego de
la Conciencia: Capitulo 14 La Perla Azul:
Mi meditación trascendió la luz negra y alcanzó
la Perla Azul. Tan pronto me sentaba para meditar, se producían en mi cuerpo
suaves movimientos y sentía una oleada de energía a través de los nadis.
Aparecían las luces roja, blanca, negra y azul. Mi meditación se estabilizaba
por sí sola y algunas veces entraba en un estado profundo de tandra y viajaba a
otros mundos. Lo veía todo mientras mi cuerpo permanecía sentado en mi cabaña.
Cada día tenía alguna experiencia nueva. Mi cuerpo se estaba volviendo ligero,
delgado, ágil, sano y fuerte. Podía ver la nadi central, la sushumna, que es de
color plateado con matices de oro. Se alza como un pilar y las demás nadis
reciben vibraciones de poder procedentes de ella. Cuando el sádhaka está
meditando, algunas veces siente dolor en el muladhara, en la base de la espina
dorsal, debido a la transmisión de sakti desde la sushumna a otros nadis.
Algunas veces notaba un nuevo movimiento en el corazón, donde aparecía una bola
de resplandor con forma de huevo. Esta es la visión del Ser radiante, del
tamaño del dedo pulgar, que se describe en la Shvetashvata ra Upanishad de la
siguiente manera: arigusthamatrab puruso’ntaratma sada jananam hridaye sa`nnivistah:
“El alma interior siempre mora en el corazón de todos los hombres como un ser
del tamaño del dedo pulgar”.
Ejercicio de concentración y Meditación del Perdón.
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