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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



miércoles, 8 de febrero de 2017

¿Comprendemos el significado del Amor Incondicional?





Cuanto más tiempo dedicamos a esta sencilla parada en nuestro camino –el silencio-, más podremos permanecer en nuestra verdadera morada de paz y plenitud. Pero nadie en el mundo puede hacer este gesto por nosotros, ni siquiera un maestro realizado. Puede a lo sumo destruir el barullo de ilusiones de nuestras creencias y emociones desordenadas, pero el acto de amor hacia nosotros y la transformación que de él se deriva, sólo pueden venir de nosotros y sólo de nosotros.

Tarde o temprano, deberemos dejar a nuestros maestros y nuestra dependencia de toda autoridad que no sea la nuestra, pues el maestro no es otro que LA SOLA PRESENCIA DE AMOR EN NOSOTROS Y EN TODAS LAS COSAS.

Por tanto, debemos dirigir nuestra atención hacia los acontecimientos que nos muestran con exactitud las cadenas de nuestras dependencias y preguntarnos siempre si somos libres y si dejamos libre al otro.

A veces, nuestras manipulaciones para que nos amen son muy sutiles y debemos estar muy atentas y ser profundamente sinceras para reconocer nuestra toma de poder sobre los demás. Debemos recordar entonces que todo es un espejo y si con alguien o en alguna circunstancia no nos sentimos libre, esto viene de nosotros, siempre proviene de nosotros, ya que nada es exterior a nosotros. Lo que reprochamos al otro es lo que todavía no queremos reconocer en nosotros.

Si en una relación tenemos la impresión de que no somos libres, preguntémonos entonces por qué no nos permitimos ser libres, por qué damos nuestro poder al otro. ¡Se trata de un juego al que nos hemos acostumbrado y sobre el que nos hemos instalado confortablemente, se llama el juego del “ping-pong”!

El otro no nos influirá a partir del momento en que decidamos afirmar nuestra libertad por puro respeto hacia nosotros mismos. Afirmar no significa imponer, sino simplemente ser quiénes somos y fieles a quienes somos, así de simple. Si al otro esto no les gusta, es su responsabilidad, le corresponde a él mirar su espejo y reconocer lo que no le gusta de él, pero no nos toca a nosotros esperar que haga este trabajo, nosotros somos responsables de nosotros y esto ya es suficiente.

Cuando un número cada vez mayor de personas sepan hacer este gesto de humildad de reconocer que todo proviene únicamente de su conciencia y que todo, absolutamente todo no depende de nadie más que de él, podremos al fin vivir en un mundo de adultos, un mundo en el que descubriremos la importancia del respeto hacia la Tierra y hacia todo lo que nos ofrece.

Así, sabemos que la conciencia de Shambhala, la conciencia del amor no-personal se está incorporando al cuerpo de la Tierra, de la misma forma que nosotros un día nos incorporamos a este cuerpo que es nuestro templo para este camino de vida. La incorporación o el nacimiento de esta unión entre la vibración de Shambhala y el cuerpo de la Tierra se han preparado durante siglos. Ahora ha llegado el momento del parto físico, por esto en los tiempos venideros nos parecerá que sobre la tierra reina una cierta forma de caos. Este caos es la destrucción del mundo del olvido del amor. La destrucción de las antiguas estructuras que descansaban sobre las conquistas personales de poder es positiva e inevitable para el advenimiento de la era de paz y de serenidad que se prepara.

Así pues, las profecías se realizan, pero no vayamos a alimentar los egrégores de miedos y de reacciones que ya se han desencadenado con la aparición del caos que se ha instalado ya de forma clara y evidente. Nuestros pensamientos son inmensamente creadores. Imaginemos entonces que la mayoría de los habitantes del planeta elevan su conciencia al gozo de este mundo de amor que renace desde lo más profundo de cada uno de nosotros, y sentimos la fuerza inconmensurable de fraternidad que se ha alzado ya, en lugar de dar crédito a los que intentan conservar algún poder jugando con nuestros miedos.

El que introduce el miedo en nosotros es también un espejo, una pregunta que nos hace nuestra alma pidiéndonos que le informemos de nuestra elección. Por tanto, cuando oigamos hablar de catástrofes, de crisis o de caos, permaneceremos conscientes de nuestra libertad de elección. Somos libres de decir a cada instante: “Sí, Dios mío, es dramático lo que ocurre en el planeta…” y seguir engrosando así la masa grisácea que no paran de alimentar los que tienen miedo, o bien decir: “Me alegro de la destrucción que se está produciendo, porque veo a los seres despertar al amor, a la responsabilidad de sus actos y de sus pensamientos, y decido sentirme conectado a esta gran Fraternidad de hombres que han elegido alimentar lo Nuevo, lo Apacible y lo Sereno que está naciendo”.

El Apocalipsis, o la Revelación, ya han recorrido tres cuartas partes de su camino. Cuanto más dirijamos nuestra mirada hacia el gozo de lo que viene, de Aquel que Viene en el corazón de cada uno, más tendremos la sensación de recibir bendiciones de alegría y momentos de plenitud incomparables con todo aquello que se ha podido experimentar sobre la Tierra hasta ahora.

Existe una ley para la manifestación y la materialización de lo Nuevo: ésta consiste en hacer como si ya hubiésemos recibido aquello que tanto anhelamos, no solamente con nuestros pensamientos y nuestra imaginación, pues esto es sólo la primera etapa, sino en la realidad. Que nuestro Espíritu, nuestro corazón y nuestro cuerpo sientan ahora esta conciencia de Amor nuevo y fresco, pues sólo hay un lugar donde nuestras creaciones pueden realizarse: es ahora, en este preciso instante.

Cada vez hay más personas en todos los continentes que son ya conscientes del potente poder cuya materialización es la naturaleza misma de su esencia divina. Cada vez hay más seres que se reúnen en grupos de oración; aprenden por fin a meditar y a orientar su mirada hacía el corazón de su presencia silenciosa. La reunión de varias personas que dirigen su conciencia hacia la misma dirección genera una espiral de Luz cuya fuerza no podemos medir la magnitud. Los que consiguen ver con los ojos de su corazón pueden entonces contemplar cómo unos vientos y remolinos de luz de una potencia formidable actúan en el éter del planeta y disuelven las sombras de la negatividad y de pensamientos de peligro, así como todas las sombras energéticas que cubren la Tierra. Estos vientos frescos, formados por la atención amorosa de miles de seres en estado de meditación, han reducido considerablemente los daños y degradaciones a todos los niveles, pero sobre todo han tenido un efecto concreto y radical sobre la conciencia humana colectiva.

Por tanto, cuando meditamos, nos conectamos con estas vibraciones luminosas y reforzamos su poder de acción y de purificación. Cada hombre es una estrella que poco a poco encuentra y reconoce su destello.

Cuando miles de estrellas se encienden, se sana la oscuridad ilusoria a la que hemos dado tanta importancia estos siglos pasados.

Los centros y escuelas de desarrollo de la conciencia florecen como brotes en primavera, reconozcamos pues, que esta primavera está aquí y que poniendo nuestra atención en lo que es ligero, noble y bello en el corazón del hombre, contribuimos a erigir un mundo de amor, en nosotros y a nuestro alrededor.

El amor está totalmente exento de juicios. El amor es la mirada de Aquél que, en nuestros ojos, es el eterno enamorado.

Elijo ahora sentir la Presencia del Eterno Enamorado.




“Has caído bajo el hechizo, la hipnosis de tus propias proyecciones, y sufres por esa confusión. Todo lo que hace falta es una bofetada que te despierte de este estupor.”
                                                       Moojí

Ejercicio de Centramiento y Meditación.




      
       
       

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