Ampliando información sobre la actividad SEITAI – H. NOGUCHI
(1909 – 1976)
¿Qué significa el seitai? Traducida literalmente, la palabra
seitai significa “el cuerpo regulado”.
El hombre cultiva una vía peculiar que adopta modalidades específicas,
pero este desarrollo jamás es debido al pensamiento en sí (que no es otra cosa
que una herramienta), sino a algo anterior a éste y que lo provoca: nace del
deseo interior.
…/… el hombre actual suele confundir la neutralización de los
síntomas, o cualquier práctica de este tipo, con la recuperación de la salud.
…/… ¿Cómo es posible que no percibamos, sino cuando la
situación llega al límite, todos aquellos fenómenos que tienen lugar dentro de
nuestro cuerpo?
…/… Hay necesidad, pues, de cultivar nuestra fuerza interna,
que es lo que nos hace vivir sanos, vigorosos y con plenitud en este mundo en
el que siempre existen y existirán dificultades, conflictos y limitaciones.
Ya que el cuerpo posee un movimiento y una actividad
autónomos gracias a los cuales existimos en este Universo, tomar conciencia de
éstos, cultivar ese sentir y aprender de ello constituye una cuestión
fundamental en nuestra cultura.
Entonces, captaremos la interrelación tan estrecha que existe
entre psique y soma, cuerpo y espíritu, en el ámbito del movimiento
inconsciente y de la dinámica de sus procesos.
El hombre posee sensibilidad gracias al movimiento espontáneo
de su cuerpo. Actúa porque actúan sus músculos y nervios. Piensa porque su
cerebro entra en actividad.
Tras haber recuperado fluidez en el movimiento autónomo del
cuerpo, se entienden el actuar, percibir, pensar o meditar espontáneos.
KATSUGEN UNDO (o MOVIMIENTO REGENERADOR): Estos movimientos
no son independientes unos de otros, sino que, regidos por el sistema nervioso
involuntario, actúan constantemente con el fin de permitir la vida y conservar
el equilibrio interior, desempeñando una función de adaptación a todo nivel.
En la práctica de este movimiento se debe dejar que la
sabiduría del cuerpo actúe con toda libertad.
Se inicia la práctica con tres movimientos: Profundización de
la respiración, Activación de la columna vertebral y con el último ejercicio se
manifiesta el Katsugen.
¿Cómo dar por terminada la práctica?: El movimiento cesa
espontáneamente. Esperar tranquilamente un par de minutos y realizar finalmente
una respiración profunda.
Para interrumpir la práctica, lo importante es “no pararse”
sino “inspirar”, ya que la inspiración detiene el movimiento involuntario,
mientras que al pretender frenarlo conscientemente no se consigue.
1.- Inspirar y retener el aire en el vientre hasta que el
movimiento se disipe por completo.
2.- Abrir los ojos y, cuando todo parezca estable, espirar.
3.- Realizar una respiración normal y profunda.
En todo caso podéis llamarme y os paro el movimiento.
¿De dónde nace la actividad consciente, psíquica, mental,
etc., de la que tanto se enorgullece el ser humano? O más llanamente: ¿Por qué
jugamos al tenis? ¿Por qué tocamos el violín? ¿Por qué pensamos? ¿Por qué nos
disgustamos?
De hecho, primero necesitamos movernos: inventamos entonces
el tenis, el futbol o lo que sea, sentimos el deseo de expresarnos y luego
encontramos diversos modos de realizarlo; antes de reflexionar ya está
despierta la actividad mental. Previa a toda actividad existe el deseo, que se
canaliza en una dirección u otra según lo decida el gusto o disgusto.
Existe alguna dinámica previa a todas las variadas manifestaciones
de la actividad consciente, sea mental, emocional, psíquica o física, dinámica
que provoca la aparición de éstas.
Es erróneo, por tanto, observar solamente al hombre bajo su
faceta consciente, relegando su cuerpo al papel de mero soporte o herramienta
de la mente. Porque todo comienza a partir de una célula, una célula que crece.
Aunque el movimiento de la vida sea tensión y distensión
(tanto el de las células, como de los músculos, tanto la actividad voluntaria
como la involuntaria), el vivir humano no es exactamente esta alternancia, sino
un predominio de tensión, lo cual genera una distensión que incita a actuar de
nuevo. Es decir, el nacimiento mismo del movimiento consiste en la creación de
un desequilibrio entre tensión y distensión; el movimiento responde a la
dinámica que resulta de la renovación del equilibrio.
La vida es asimismo una continua realización de respiración y
pulsaciones acompasadas y entramadas, que se corresponden con la del
movimiento, pues la inhalación y sístole se acompañan de tensión, la exhalación
y diástole de distensión, mecanismos que con la muerte también cesan.
Se trata de un conjunto de dinamismos que no pueden
considerarse por separado, pues la vida muestra armonía en sus realizaciones.
Así, la actividad de la energía vital en el cuerpo sigue el ritmo de la tensión
y distensión, en el que la predominación de la tensión representa un estado de
carga y una consecutiva descarga de la energía, y la distensión, una reposición
o recarga de la misma.
Todos estos comentarios han sido extraídos del del libro El
cuerpo es… Un concepto del seitai de Katsumi Mamine.
Haremos unos ejercicios de Yuki a uno mismo, Gyoki, Gassho
gyöki y si hay tiempo el Yuki mutuo.
Silencio/Meditación.
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