¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que somos parte de la vida,
parte de Dios? A nivel mental lo entendemos pero al bajar al corazón damos más
credibilidad a la mente, a las antiguas creencias de un Dios fuera de nosotros
en lugar de aceptar lo que somos. También, de forma inconsciente, nos
resistimos aceptar que somos nosotros quienes creamos momento a momento nuestra
vida tal cual la experimentamos.
Desde la mente no nos lo podemos creer, debido a que la mente
es limitada, es dual y sólo conoce lo conocido. Para poder comprender hemos de
ampliar la conciencia, hemos de aceptar nuestra limitación desde el cerebro.
Sólo abriendo el corazón podemos comprender las necesidades de nuestra alma en
experimentar, en aprender aunque no tenga lógica, en realidad no la tiene desde
la perspectiva mental.
Es el gran juego de la conciencia, todo va interrelacionado,
todo tiene un sentido, una sincronicidad, una razón de ser. Nuestra mente no lo
puede de captar ni entender.
Somos materia y nuestra función para cumplir el plan de Dios
es espiritualizar la materia. Si no conocemos cómo la hemos creado,
estructurado ¿Cómo vamos a espiritualizarla? ¿Cómo vamos a cumplir el plan de
Dios? Recordáis: primero hemos de
conocer como hemos construido nuestro personaje para hacer consciencia e ir
quitándole fuerza para comprender que no somos este personaje, que somos pura
luz experimentando en este cuerpo y creamos el personaje con esta sola
finalidad, nada más.
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