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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



jueves, 21 de junio de 2018

¿Y si lo más difícil fuera creer en el otro?


¿Cómo se puede traducir esfuerzo en el escrito de Simone Weil? Primeramente es intención o dirección hacia un camino, una finalidad y para mantenernos en esa dirección es importante conocernos profundamente para no caer en las trampas del personaje o el ego. Esfuerzo o atención, observación para no boicotearnos a nosotros mismos ya que lo bueno, la luz nos da miedo; podemos decir que al no estar acostumbrados a vivirla preferimos la frase del refranero español: Más vale malo conocido que bueno para conocer. Hay algo muy importante cuando dice: “Es realmente la luz lo que se desea cuando cualquier otro móvil está ausente”, nuestro mayor deseo ha de ser conocer o vivir la Luz, la Esencia ó el Ser. Toda nuestra intención, dirección o esfuerzo dirigido a conocer lo que realmente somos.

“Un día, una luz exactamente proporcional a esos esfuerzos inundará el alma”: ¿Qué quiere decir? Que eso sucederá cuando nos habremos liberado de los automatismos de nuestro personaje y comprendamos que todos somos iguales. Nuestro corazón se habrá aflojado, abierto, entregándonos y viviendo el amor incondicional.

¿Y si lo más difícil para nosotros no fuera creer en Dios, sino creer en el otro?

¿Recordáis?: abriendo el corazón y sintiendo ese Amor verdadero, no dejándonos embaucar por el seudo-amor, la dependencia, el poder, la manipulación y tantos otros juegos del personaje. Estaremos recorriendo el camino de vuelta a casa, reconociéndonos como pura luz habitando este cuerpo y sabiendo que yo soy tú y tú eres yo.


     
El libro que comentamos el otro día se llama El Yoga de los Sueños de Namkai Norbu Rimpoché que habla del sueño lúcido y de la muerte.
 
El budismo tibetano nos hablan de Bardo: literalmente, “estado intermedio”. Hay, según la misma tradición, seis bardos.

1º es el bardo del estado de vigilia ordinario.

2º bardo del estado del sueño.

3º bardo de meditación.

4º bardo del proceso de muerte, es el proceso en el cual los cinco elementos que constituyen nuestro cuerpo (espacio, aire, agua, fuego y tierra) se disuelven el uno en el otro.

5º bardo de la realidad implica el surgimiento de apariciones parecidas a alucinaciones como consecuencia de las propensiones kármicas de uno.

6º bardo de la búsqueda para renacer en el samsara, que corresponde a la perspectiva del budismo de Tíbet de la reencarnación.

La tradición tibetana del Yoga del Sueño nos indica los siguientes pasos a seguir por el discípulo:

1º Tener sueños lúcidos.

2º Transmutar los elementos del sueño, adquirir control.

3º Darse cuenta de la ilusión, de cómo generamos el mundo del sueño mediante nuestros modelos mentales.

4º Transformar una cosa en su opuesta para comprender la no-dualidad, el agua en fuego, el enemigo en amigo, etc.

En la segunda etapa el discípulo se abandona, se rinde a lo Sagrado:

5º Por medio de la concentración en deidades, se practica una forma de meditación que sintoniza con el Vacío o Luz Clara.

6º Se da la experiencia de Gran Iluminación donde se descubre que todo es Sueño.

7º Se vive la Unidad, en la que no hay más que conciencia.

En el capitulo La Práctica de la Noche instruye como conseguir la lucidez o sueño lúcido.

Uno de los ejercicios básicos para entrar en la lucidez en concentrarse en la chacra de la gargante, emitiendo mentalmente un sonido parecido al Ahhh y visualizando una luz roja que sale de él y nos envuelve como una esfera protectora. Este chacra está considerado como el de la entrega o abandono a lo divino.

La actitud última del practicante de estas disciplinas, es la de una firme y total entrega, sin expectativas, a lo Sagrado.



                                                                  
                                                   


Silencio/Meditación.




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