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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



martes, 27 de noviembre de 2018

Sensación o falta de sensación...


Dice la vieja sanadora del alma: No duele la espalda, duele la carga. No duelen tus ojos, duele la injusticia. No duele tu cabeza, duelen tus pensamientos. No duele la garganta, duele lo que no se expresa o se expresa con enojo. No duele el estómago, duele lo que el alma no digiere. No duele el hígado, duele la ira. No duele tu corazón, duele el amor. Y es él, el Amor mismo, el que contiene la medicina más poderosa. (Ada Luz Márquez)

¿Cómo han ido las prácticas? ¿Habéis caminado conscientemente? ¿Cómo va la respiración?

Vamos a trabajar la conexión con nuestro cuerpo a través de la sensación. Esta práctica viene del Yoga de Cachimir impartido por Jean Klein. Es una manera de ir más allá de la sola sensación física, relajando el cuerpo, sintiendo, totalmente presentes en el cuerpo, con total atención al momento presente.

Primero vamos a movilizarnos y a conectar con el cuerpo como lo sentimos en este momento y luego haremos unos ejercicios sencillos que pretenden focalizar la atención plenamente consciente en el momento presente, en una disposición sensible evitando el pensamiento y la acción.

A lo largo de los tiempos el desarrollo de estas prácticas se ha revelado como una experiencia auténtica y verificable de auto-calmación, transformación y profundización en el bienestar.

Perfectamente inmóviles y atentos durante un tiempo sin interrupción, entregados al ejercicio, viviendo la sensación tal y como se presenta sin intentar lograr ni conseguir nada.


                
Todo es mucho más sencillo de lo que parece cuando abrimos el corazón, cuando las puertas se abren ya no hay separación. Todo es uno, cielo y tierra se unen en una misma exhalación.

 
Vida y muerte es una misma cosa. Todo es armonía. La Luz llega donde antes había tinieblas y las dudas desaparecen en la inmensidad…

¿Por qué tenemos tanto miedo en soltar el lastre y vivir en paz? ¿Por qué tanto anhelo en mantener la separación? Si no pasáramos por los opuestos no habría experiencia terrenal y nos perderíamos el gozo del re-encuentro. Ya hemos empezado la vuelta a casa: ¡alegrémonos! Y festejemos el regreso ya que volvemos cargados de experiencia y aprendizajes.

Todo es un acto de comprensión total. Ahora nos puede parecer dura la experiencia pero cuando nos hayamos elevado y celebremos nuestras aventuras, comprenderemos que lo único que hemos hecho es jugar: ¡Adelante! Juguemos con plena conciencia, hagamos de una vez el salto quántico. Démonos las manos y emprendamos juntos el camino de regreso, trabajando en cada momento para nuestra elevación.

¿Qué hay que hacer para lograrlo? Ser conscientes de cada paso que hacemos y sobre todo SENTIR, esta es la clave. Cuando sentimos no nos equivocamos. Estamos conectados con la fuente y aunque a veces no lo comprendemos con la mente ordinaria y parece que no tenga lógica la sensación nos señala el camino a seguir.

Aprendamos humildemente a abrir nuestro corazón y vivamos en la sabiduría del amor incondicional. Alejemos los juicios que nos separan, abracemos al Ser que habita en nuestro interior y seamos dignos de manifestar aquello que somos. Hagamos de nuestra mente una amiga que nos acompaña en nuestro viaje y no permitamos que sea la “loca de la casa”, como decía Sta. Teresa, la que lleve la batuta.

Hay una investigación reciente sobre Pármenides, el cual en su momento manifestó que el conocimiento le había venido, situándose en el silencio, sin ningún pensamiento, dejando que los conceptos aparecieran… ¡Vaya descubrimiento! No era necesaria la importación de conocimientos lejanos; en nuestra cultura conocíamos el secreto pero se había sepultado, no interesaba. Esto nos confirma que todos tenemos acceso a estos conocimientos, a esta sabiduría porque todos somos uno.

Imaginaos que maravilla, todos conocemos el camino, sólo hay que darse permiso para abrir las puertas y dejar fluir a la conciencia. Todo está a nuestro alcance, pero no nos lo creemos.

Somos millonarios y nos lo negamos. ¿Vamos a estar mucho tiempo ciegos delante de nuestra realidad profunda?

No es necesario grandes caminatas, ni esfuerzos, ¡todo lo contrario! Sólo dejar que aparezca aquello que sentimos, aquello que ES sin ningún tipo de dudas. Dejar de ser nuestro peor enemigo y convertirnos en el amigo fiel que acompaña y acepta al otro sin ningún tipo de juicio, disfrutando del camino, creando a cada instante las maravillas de un universo sin fronteras. Reconociéndonos como el SER que somos y dejando que los disfraces que hemos escogido sean el medio de descubrirnos totalmente…

 Creemos una célula de Luz, hagamos que esa Luz llegue a todas nuestras células y convirtámonos en pura Luz. Dicen que hay otra física, más allá de la quántica que va a ser capaz de explicarnos como acontecen estos procesos de creación, de transformación. Celebremos con estos investigadores que quieran demostrar aquello que nosotros experimentamos y sabemos para acabar de una vez para siempre con las dudas de nuestra mente. Ya no habrá escapatoria ni contrarios en nosotros mismos. Imagináis con plena conciencia ¿qué es lo que podríamos crear y llegar a ser más allá de todo aquello que podamos por ahora poder imaginar?

Rindámonos a la evidencia y celebremos juntos la oportunidad que nos ha dado la vida de caminar más deprisa por la senda de la sabiduría que no es otra cosa que el AMOR que somos; Luz a toda potencia, derrumbando las barreras de la incomprensión y la separación.







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