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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



miércoles, 26 de octubre de 2016

¿Seguimos creando conscientemente nuestro Proyecto de Vida?



 Durante la vida en el mundo físico trabajamos, hacemos cosas y todo va acompañado de vivencias. Sin embargo, no sólo tenemos vivencias en el mundo físico, sino que simultáneamente ocurre algo más en otros niveles de conciencia. Intento explicarlo en términos generales: nuestras vivencias van acompañadas de cansancio, de desgaste. Eso ocurre siempre; nos cansamos. Y aunque el sueño compensa el cansancio de la conciencia –más que el sueño es el reposo durante el sueño, para ser exactos-, se trata tan solo de una compensación a medias. Sabemos que durante la vida estamos sometidos al desgaste, que envejecemos, que nuestras fuerzas poco a poco van menguando. Con los años nos damos cuenta de que no todo se puede compensar mediante el sueño. Nos gastamos y nos desgastamos. ¿Y por qué nos cansamos? El hecho de cansarnos, de desgastarnos nos proporciona algo que para nuestra vida es de gran importancia. Sólo tenemos que interpretar el concepto de cansancio de una manera más amplia. Tenemos que comprenderlo con el alma.

Sólo notamos nuestros órganos cuando algo no va bien; nos damos cuenta de ellos en el momento de sentirlos. En la vida estamos organizados de tal manera que sólo nos damos cuenta de nuestro cuerpo físico cuando no funciona bien. Tan sólo tenemos una sensación general de nuestro cuerpo que se acentúa en el momento de presentarse un problema. Pero del interior sabemos muy poco, tenemos una mera sensación, nada más. El que alguna vez en la vida haya padecido de fuertes dolores de cabeza sabe del interior de la cabeza –interiormente; no como el anatomista que sólo conoce la anatomía. Pero al aumentar nuestro cansancio a lo largo de la vida vamos notando cada vez más con más intensidad nuestro interior, el espacio interior de nuestro cuerpo. La vida consiste en aprender a sentir nuestro físico. Aprendemos a sentirlo debido a que nos va invadiendo un cierto endurecimiento. Pero como es un proceso muy lento no lo notamos mucho. Sólo notamos el grado de intensidad. El cansancio es un proceso real que hace que vayamos sintiendo nuestro cuerpo. El sentirnos suavemente acompañados por el cansancio durante la vida y el darnos cuenta del interior de nuestro cuerpo supone el lado externo de algo que se va tejiendo dentro de nosotros; milagrosamente se va produciendo un tejido hecho de pura sabiduría.

Al cansarnos y aprender a sentir nuestro cuerpo interior a lo largo de la vida, nos va llegando un conocimiento sutil de la maravillosa constitución de nuestros órganos, de nuestros órganos internos. El cansancio nos llega al corazón, pero así comprendemos su constitución desde el universo. Se nos cansa el estómago; normalmente lo cansamos estropeándolo con la comida o sin tomar conciencia de nuestras emociones. Pero sin embargo, durante el cansancio el estómago se va formando una textura de sabiduría dentro de nosotros, una sabia imagen procedente del cosmos de la constitución del estómago. Nos vamos formando una imagen de la grandiosa obra de arte que es la composición de nuestro organismo interno.

Y así vamos aprendiendo a conocer nuestro cuerpo, a reconocer nuestras sensaciones sutiles; los mensajes del alma, preparándonos para el tránsito a otro nivel de conciencia.

Uno de nuestros propósitos es conocer la materia, comprenderla y amarla para poder transmutarla, elevar su vibración y nosotros con ella. No se puede amar algo que no se conoce, ¿comprendéis ahora la necesidad de nuestro trabajo personal?: NECESITAMOS CONOCERNOS PROFUNDAMENTE PARA ACEPTARNOS Y AMARNOS INCONDICIONALMENTE Y ASÍ ELEVAR NUESTRA VIBRACIÓN.


La relación es un espejo
Por cierto, sólo en la relación se revela el proceso de lo que uno es, ¿verdad? La relación es un espejo en el que me veo tal como soy; pero como a muy pocos nos gusta ver lo que somos, comenzamos a disciplinar, positiva o negativamente, lo que percibimos en el espejo de la relación. O sea, descubro algo en la relación, en las acciones de la relación, y eso no me gusta. Empiezo, pues, a modificar lo que no me gusta, lo que percibo como desagradable. Deseo cambiarlo, lo cual significa que ya tengo un modelo de lo que yo debería ser. Tan pronto hay un modelo de lo que uno debería ser, no hay comprensión de lo que uno es. En el momento en que tengo una imagen de lo que deseo ser, o de lo que debo ser –un patrón conforme al cual deseo cambiarme a mí mismo-, es obvio que no comprendo lo que yo soy en el instante de la relación.
Pienso que es de veras importante comprender esto, porque entiendo que es aquí donde casi todos nos extraviamos. No queremos saber lo que realmente somos en un momento dado de la relación. Si sólo nos interesa nuestro propio mejoramiento, no hay comprensión de nosotros mismos, de lo que es.
                                                      Krishnamurti – El Libro de la Vida –

                            

Ejercicio de Centramiento y Meditación.




 










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