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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



miércoles, 16 de noviembre de 2016

Entre el nacimiento y la muerte




“LA SITUACIÓN REAL NO ES COMPARABLE CON LA SENSACIÓN DE PELIGRO QUE TENGO”. Esta frase nos ayuda en momentos en que se dispara la memoria automática, nos coloca en la realidad de la situación presente.



                        
Entre el nacimiento y la muerte vivimos aquí en el mundo físico que conocemos gracias a nuestras percepciones sensoriales; si no fuera por nuestros órganos sensoriales no sabríamos nada de nuestra relación con el mundo físico. Esta relación, sin embargo, se pierde al pasar por el portal de la muerte, de manera que puede decirse que nuestra misión entre el nacimiento y la muerte es el conocimiento del mundo físico. Nos encarnamos en un cuerpo físico con la finalidad de conocer este mundo. Sin embargo, formamos parte no sólo del mundo físico, sino también de los mundos espirituales.

El mundo espiritual más próximo y, que linda en cierta manera con nuestro mundo físico, es el que acostumbramos a llamar el mundo etéreo o mundo elemental. El hombre que vive en el mundo físico desconoce ese otro mundo que constituye el primer mundo suprasensible. Pero por ser suprasensible no tiene menos importancia para el hombre que el mundo físico, el mundo sensible. Tan pronto como el hombre se le despierte el sentido de la percepción del mundo elemental, es decir al adquirir la capacidad de la percepción imaginativa, verá que el mundo elemental está tan poblado de seres como el mundo físico.

Durante toda la vida física entre el nacimiento y la muerte se está produciendo un continuo intercambio entre nuestros acompañantes elementales y nosotros mismos.

Después de atravesar el umbral de la muerte, el cuerpo etéreo es entregado al mundo elemental. Se deja atrás igual que un segundo cadáver. Sin embargo, no hay que creer que en el mundo elemental sea aniquilado a toda prisa. No es así, sino que se va disolviendo poco a poco. Esa disolución, sin embargo, ese tornarse cada vez más fino, no significa que no sea visible para los seres con capacidad de percepción imaginativa. Es perceptible, sobre todo, para el que haya franqueado el umbral de la muerte. El hombre se desprende de él y sigue su vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, pero está en permanente contacto con su cuerpo etéreo abandonado. No sucede como con el cuerpo físico con el que el hombre pierde toda relación después de haberse desprendido de él. Con el cuerpo etéreo ocurre lo contrario: el hombre mantiene una relación con él; a través de él incluso puede establecer contacto con el mundo físico.

La persona que en el mundo físico alcance la percepción elemental, imaginativa, será capaz de estar en relación consciente con los difuntos a través de pensamientos mucho más sutiles que los normales, Esa es la unión consciente con los muertos. Lo que así se percibe de manera consciente, inconscientemente siempre está presente, si en la vida ha existido una relación entre el que permanece en el mundo físico y el que ascendió al mundo espiritual. Supongamos que hemos perdido por la muerte un ser querido. Lo sepamos o no –al que se le haya abierto la percepción imaginativa lo sabe- : el muerto ejerce su influencia introduciendo su voluntad en el cuerpo etéreo desprendido como en un espejo, podríamos decir, cuyos rayos nos alcanzan. El muerto influye a los vivos indirectamente por medio del cuerpo etéreo. Esa influencia se produce de manera mediata.

La manera característica de manifestarse esa influencia mediata se observa en los pensamientos que tenemos aquí en la tierra. Entre los pensamientos que tenemos aquí se mezclan continuamente otros más sutiles que no se perciben directamente.

…/… si comprendemos esto, seríamos infinitamente más tolerantes con las personas.

…/… en el interior de nuestras almas se están produciendo procesos muy complicados y los enigmas del alma humana son difíciles de comprender.

Extractos del libro “La comunicación entre los vivos y los muertos” de Rudolf Steiner.

¿Comprendéis ahora la necesidad de hacer consciencia y cortar con las personas que han fallecido en nuestra familia?



          

Estoy más allá de todos los roles
Yo Soy el que Soy
Soy consciente

 La iniciación en lo cotidiano – Maestro El Morya -

Ejercicio de Centramiento y Meditación.
 


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