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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



miércoles, 23 de noviembre de 2016

Inflamaciones - Personas tóxicas



En estos momentos existen dos temas recurrentes en las conversaciones, es decir que están de moda, el tema de las inflamaciones –cuerpo físico- y las personas tóxicas (los narcisistas perversos) –cuerpo emocional-.

En lo que a la inflamación re refiere –recordemos- que se trata de una reacción del cuerpo para expandir los tejidos y permitir  al sistema inmunitario el envío de glóbulos blancos para combatir todo agente patógeno o toxina que se haya introducido en una zona y, en el caso de una herida con ruptura tisular, que células de refuerzo entren para ayudar a reparar el tejido dañado. La inflamación es pues un mecanismo reparador y de defensa curativo que solo representa un problema cuando se mantiene en el tiempo porque en tal caso puede terminar creando un medio bioquímico intercelular extraño que dañe el genoma y bien silenciar genes antitumorales, bien activar genes que controlan los receptores neuronales de los neurotransmisores. Sin embargo un microbioma equilibrado de amplia biodiversidad imposibilita o limita la presencia de patógenos y además actúa como antiinflamatorio, bien modulando el proceso, bien segregando péptidos o citoquinas de acción antiinflamatoria

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En el aspecto emocional, el síntoma nos ayuda, nos da mensajes de la situación que estamos viviendo. Nos habla de nuestras resistencias, enfados… y mediante la investigación vamos siguiendo –como en el laberinto- el hilo de Ariadna que nos conduce a desbloquear lo encapsulado por la desconexión o por la negación.




En estos momentos cualquier persona que no aceptamos, nos desagrada o simplemente es diferente la llamamos alegremente una persona tóxica (¿?) y no somos conscientes que estas personas son una oportunidad para conocernos más profundamente ya que son aspectos que aún no hemos reconocido/descubierto en nosotros mismos.

Hay un tipo de persona que quizás podría entrar en esta denominación que es el narcisista perverso, aunque sigue siendo para nosotros una oportunidad de aprendizaje.


                         
¿Qué es un narcisista perverso? El narcisismo tiene que ver con la imagen que tenemos de nosotros mismos. Tener un poco de narcisismo, confianza en nosotros, es bueno y necesario. Hoy día la imagen es más  importante que antes: todos queremos tener una imagen perfecta
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La perversión aparece cuando uno quiere que los otros lo vean como perfecto y, al mismo tiempo, piensa que no vale nada. Cada mancha que encuentre en su imagen y lo haga imperfecto, la atribuiría siempre a otra persona, la víctima. “Por tu culpa yo soy así”, dirá siempre. La línea divisoria no se sitúa en el hecho de querer destruir al otro porque lo considera un residuo, sino el hecho de querer anularlo.

En la psicología la única medicina que existe es el deseo del paciente de curarse. El perverso narcisista no se curará nunca porque considera que no está enfermo sino que es la víctima la que lo está, -hasta el momento que se observe y quiera hacer conciencia, cambie la mirada hacia dentro en lugar de hacia  afuera- ya que le atribuye todos sus síntomas. Siempre buscará a alguien a quien anular porque no puede hacerse cargo de su depresión y angustia de abandono interior. Es por esto que no entiende el concepto de alteridad. Durante el tiempo que dure la relación, la víctima vivirá engañada pensando que algún día el otro cambiará.

El mito de Narciso es uno de los pilares fundamentales de la cultura occidental. También incluye en este patrón el esfuerzo que supone aprender cualquier cosa. Si nadie fuera narcisista la cultura no existiría. El narcisismo es un motor vital, y es inherente a la especie humana.

Los perversos narcisistas conocen la ética y la empatía pero no las tienen interiorizadas. Siempre buscan su propio reflejo en el otro, que existe como un espejo. No se pueden amar y tampoco pueden amar a nadie.

Todas las cosas ó situaciones que crean una división son actitudes perversas.

El perverso narcisista, pero a diferencia de lo que le pasa al Dr. Jekyll, no se divide en dos. Busca una víctima con quien fusionarse y a quien le atribuye la cara oscura –Mr. Hyde-. Crea una relación esquizofrénica y cuando ya tiene la confianza en su víctima le hace creer que no puede confiar en ella. Cuando dice: “Eres una persona en quien no puedo confiar” es, precisamente, cuando la víctima no habría de confiar en él. Todos podemos tener una parte perversa, y es por eso que necesitamos gente de confianza a nuestro alrededor. Tener una meta en común con alguien es una señal inequívoca para confiar en ella. Saber si estás relacionándote con un perverso narcisista no es cuestión de tiempo, sino de distancia: si, es en la distancia justa donde lo veras actuar. Este es el motivo por el cual el perverso siempre quiere estar en fusión con la víctima y rechaza a terceras personas. Se relaciona casi siempre, a dos para así fortalecer su patrón de espejo y culpar al otro de todos sus defectos.




               

Mi cuerpo es mi templo,
Lo amo sin condiciones,
Y me permito expresar a través de él
La perfección de la
Presencia divina de Amor.
                                   Enseñanzas del Maestro El Morya

Ejercicio de Centramiento y Meditación.

 


  

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