Hemos entrado en la época del cambio en todos los ámbitos de
nuestra vida, afuera y adentro.
Ya no es tiempo de dudas, es tiempo de comprensión,
aceptación, amor y acción.
La acción como consecuencia de nuestros proyectos, sin
quedarnos en la primera fase, ni en la idea sino poniéndolo en práctica; dando
el paso diferente.
Cuando lo hacemos nuestro corazón vibra en el gozo y nuestra
alma recobra su brillo diamantino; todo fluye con la vida y nuestra aura se
expande en todas direcciones.
¿Quién debe hacer el
cambio de conciencia?: Todos nosotros conjuntamente con el planeta, porque
si no damos este paso distinto todo se queda a nivel mental. Para que se
manifieste en el plano físico y material, hemos de realizarlo en nuestro propio
cuerpo y así en nuestras células. La actitud vital cambia y así cambian
nuestros actos, pensamientos, emociones, palabras. El cambio ha de ser total
llegando desde lo físico a los demás cuerpos.
¿Qué os sugiere esta
imagen?
Durante las fiestas Navideñas nos llueven los compromisos
familiares, laborales y sociales. Vamos de un lugar a otro sin tener casi
tiempo para nosotros, es decir estamos
abocados totalmente afuera cuando en realidad, estos acontecimientos,
son recordatorios de una celebración de nuestra
esencia, son una invitación al amor, la paz y el gozo del renacimiento. Nos
plantean de nuevo una oportunidad de
hacer cambios, soltando todo lo viejo y empezando un nuevo ciclo. ¿Qué propósitos y anhelos habéis puesto en
marcha, o decidido para este nuevo año? ¿Se ha manifestado algún cambio en la
práctica cotidiana? ¿Cómo lo vivisteis?
Me parece recordar que en el último encuentro hablamos de las expectativas de las fiestas de
navidad, las obligaciones que nos acarrean y nuestros propios deseos. También
los malos rollos familiares, recuerdos, memorias, sentimientos, obligaciones,
etc. La idea de que hay que pasarlo bien en estas celebraciones ¿Por qué en estas fiestas y no todo el año?
¿Realizamos nuestros deseos o ilusiones? ¿Cómo las habéis vivido? ¿Habéis sido
libres y creativos?
También surgieron las
emociones de enfado, rabia, ira, angustia, dolor y la simbiosis con la madre
que evidencian la necesidad de poner límites y ser uno mismo. Debemos
aceptarnos y amarnos y ser
coherentes entre lo que pensamos, sentimos y actuamos, sino nos instalamos en
el conflicto y en el dolor. Aparecen las rebeldías, el orgullo, el ego y nos
creemos instalados en la verdad, nos cuesta perdonar, olvidar el pasado.
Vivimos en la dualidad, en el sí pero no. ¿Quiero
hacerme cargo de mí misma? ¿Quiero reconocer mi implicación en cada una de las
decisiones tomadas/vividas?
La frase “Si tengo que hacerlo lo haré” ¿Qué hay detrás?
En pocas semanas, Ediciones de 1084 publicará la poesía
completa de Lluís Solà, autor que admiro por su sensibilidad, reverencia a la
vida e interioridad. Podríamos decir que es un místico. Paso a detallar algunos
fragmentos de sus escritos:
“L’a prop és sagrat” I què implica dignificar amb la
mirada el que tenim més a la vora? Doncs reverenciar el que som, el lloc o ens
trobem, l’arrel i els fruits, la intimitat de les petites coses. Nosaltres,
també, com a petites coses interrecionades. El paisatge local desconeix els
murs imaginats entre intangible/tangible, interior/exterior.
“Lluny de tot el que és lluny,/ dispersament
separat/ de cada fulla infinita/ que tremola en la foscor/ amorosament
entotsolat,/ sense dir res,/ sense retenir res,/ sense canviar res,/ enclòs i
apinyat/ entorn del vaivé/ de les aigües esclatades…”
“IMAGINAR UN MÓN EN EL QUAL EL CENTRE NO SIGUEM
NOSALTRES./ UN MÓN EN EL QUAL EL JO NO SIGUI EL CENTRE DE NOSALTRES./ UN MÓN EN
EL QUAL EL CENTRE HAURIA DE SER LA PIETAT”.
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