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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



miércoles, 29 de noviembre de 2017

Encontrar la enseñanza en una elección de vida en la que parece no haber ninguna salida



Cuando tenemos la impresión de encontrarnos en un callejón sin salida significa que hemos decidido detenernos para encontrar una nueva dirección.

Tanto si se trata de una situación profesional, de una relación u otra situación, no tiene ninguna importancia, lo que debemos es dirigir nuestra mirada a nosotros y a nuestra actitud y no a la situación.

La situación es la que es y sólo podemos aceptarla. Si ya hace tiempo que luchamos con ella, habrá simplemente aumentado en fuerza y volumen; la primera cosa que hemos de aceptar es que la batalla sólo nos conducirá al agotamiento. Algunos luchan contra situaciones sin salida únicamente para probar su fuerza, ¿pero a qué precio?

Preguntémonos en primer lugar si en esta situación nos respetamos, si nos respetamos en la batalla. Si decidimos detener la lucha, tomaremos un instante de recogimiento y nos relajamos. Nos relajamos en esta situación y la aceptamos simplemente tal como es. No se trata de relajarnos y de huir de la situación sino de encontrar su enseñanza para aprender la lección e ir más allá.

Vamos hacer ahora unos momentos de silencio…

Relajaros, hasta sentiros en paz en vuestro cuerpo, en vuestro corazón y en vuestra mente.

Estar en paz no significa estar sin emociones, las emociones pueden estar ahí, pero no os identificáis con ellas. Estad simplemente presentes en esa situación, como si fuera un niño que pide vuestra ayuda, vuestro apoyo y vuestro consejo.

Quedaros con este niño hasta que podáis decirle: “Sí, todo está bien, la situación está así por el momento y todavía no sé cómo lo vamos a hacer pero ahora todo está bien, estoy aquí contigo”.

Cuando hayáis aceptado profundamente, aceptado de verdad que no sabéis, que no tenéis solución, podréis afirmar las siguientes palabras con la certeza de vuestro corazón:

“Ahora me entrego a la vida, ella me mostrará lo que es más adecuado hacer. Sé que la vida me enseña algo a través de esta situación, ahora estoy preparado para recibir respuesta”.

Entregando vuestra pregunta a la vida, desapegándoos, es decir, aceptando que no sabéis, dejáis de crear el muro que os separa de la respuesta que ya está aquí en vuestra sabiduría profunda, el muro de vuestros esfuerzos en resistiros al cambio que sin duda ello implica.

El desapego va siempre seguido de una nueva dirección, de una nueva actitud. Cuando os resistís al desapego, mantenéis lo antiguo y lo nuevo no puede llegar. Por tanto, aceptad que no sabéis y os sorprenderéis de la respuesta inmediata que la vida os ofrecerá en cuanto le hayáis dicho sí de todo corazón.

El silencio nos abre la puerta del corazón y nos conduce a la esencia, al Ser. La aceptación total nos conduce a la entrega y al Amor Incondicional. Nos fundimos con la vida…


           

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Encontrar la enseñanza constructiva en un conflicto con el cuerpo (enfermedad, sufrimiento físico)






Podemos afrontar la enfermedad y el sufrimiento físico de dos maneras, una constructiva y otra destructiva. La manera destructiva consiste en quejarse continuamente, en acusar a nuestro cuerpo de lo “que nos hace sufrir” y amplificar así el síntoma.

La manera constructiva es la de reconocer la enseñanza de esta experiencia, aceptarla y dar las gracias a nuestra sabiduría interior por conducirnos de esta forma, hacia el equilibrio y la liberación.

Si estamos de acuerdo en aprender la enseñanza que nosotros mismos nos damos a través de un desequilibrio momentáneo, estamos en la vía de la curación. Recordemos que la curación sólo sobreviene cuando aceptamos y dejamos de juzgar negativamente lo que ocurre.

Por tanto, hagámonos amigos de nuestro síntoma, también él es una parte de nosotros, no está separado de nosotros.

La separación que mantenemos acusando a la enfermedad, quejándonos o manteniendo una actitud terrorista o fatalista, no permite que nos liberemos ni nos equilibremos: de igual modo que si al entrar en una habitación oscura decidimos no apretar el interruptor de la luz, permaneceremos separados de la luz en la ilusión de la oscuridad, imaginando todo lo que podría haber pero sin realmente estar ahí, con todo lo que realmente existe. Sólo podemos actuar estando presentes en aquello sobre lo que queremos actuar. Aquí actuar significa: depositar nuestro Amor, nuestra luz y nuestra compasión.

Luego vamos hacer un silencio/ejercicio de compasión hacia sufrimiento físico de una parte específica de nuestro cuerpo, así como hacia lo que llamamos: una enfermedad.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

¿Qué necesidad tenemos de emitir un juicio? ¿Qué esconde detrás?



Siguiendo con el tema de la semana pasada…

Cuando emitimos un juicio o crítica ¿qué esconde detrás? Celos, envidia, creencias rígidas, orgullo… Reflexionemos en profundidad. ¿Qué necesidad tenemos de emitir un juicio? Desvalorizar al otro, pensar que yo tengo razón, que soy mejor…

Cuando estamos conectados con el corazón no hay separación, sólo hay amor, compasión. Si comprendemos al otro de verdad, significa que nos conocemos profundamente y si es así no hay necesidad de comparación, de demostrar nada, sólo surge el Silencio profundo de la comprensión y escuchamos atentamente,  y surge la compasión. Todo lo demás es el personaje, el ego, la mente, como le queramos nombrar.

Todos estos trabajos de observación nos sirven para conocernos en profundidad y hacer conciencia poco a poco de nuestra realidad interna en cada momento. Es tan fácil la desconexión, cómo yo estoy haciendo muchas cosas dentro del mundo espiritual,  me creo inconscientemente mejor, más elevada y miro al otro con cierto menosprecio, aunque pensemos que no es cierto que esto es muy fuerte: reflexionar, reflexionar, reflexionar… de lo contrario no tomaría una actitud de superioridad, no haría mohines, etc.

Cuando estamos centrados, recordáis: todo está bien, no hay separación, formo parte del todo y todo es una oportunidad de aprendizaje, de conciencia. No hay que negar nada, ni nuestras emociones, ni nuestros pensamientos, ni nuestras sensaciones. Hemos de aceptarnos totalmente, dejar de mostrar lo que no soy, ser valientes, humildemente entregarnos a la vida y fluir, fluir, fluir y agradecer la gran oportunidad que tenemos de estar aquí aprendiendo, sirviendo a este gran plan del cambio de conciencia.

La polarización nos hace débiles, somos fácilmente manejables, se pone de manifiesto la emoción, la inseguridad, la rigidez y el orgullo.


    
        

Meditación/Silencio.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

¿Qué hacemos con las relaciones?



En la observación diaria ¿qué hacemos con las relaciones? En primer lugar, que todo lo que yo llamo mío –mi familia, mi casa, mis amigos- se basa en el ego. No tengo relación con nada en el mundo, salvo a través del ego. Es bueno que nos demos cuenta de este hecho, en primer lugar. Eso nos quitará mucho sufrimiento y la tendencia a desarrollar un complejo de mártir o víctima. Gano dinero. Es necesario ganarse la vida. Necesito una cosa. Necesito ropas. ¿Cuántos de nosotros sólo ganan para proveer a las necesidades del cuerpo? Una cosa es proveer científicamente a las necesidades elementales del cuerpo; y otra cosa es ganar dinero para ganar cada vez más respetabilidad social y entrar en una carrera competitiva en procura de respetabilidad, fama, prestigio y comodidad. Hacemos muchas cosas para complacer al ego. Es bueno averiguar cómo vivimos. Entonces, descubriremos que desaparecerá gran parte de la codicia y la ambición de ganar cada vez más, y más y más. Tenemos una relación científica con las cosas. Ganarse la vida se relacionará con proveer las necesidades, no con complacer al ego.

La meditación es relajación, a cada momento, en la acción. Es una relajación en movimiento; de lo contrario, no tiene valor. No es un estado mental que deba estimularse en el aislamiento. Si alguien trata de insultarme, ¿estimula en mí alguna reacción tradicional? Por supuesto que sí. Enojarse en una reacción tradicional. Tan pronto como, en su mundo el animal siente perturbada su seguridad, corre y salta sobre la víctima. Del mismo modo, en el momento en que sentimos que nuestra seguridad psicológica está en peligro, reaccionamos de inmediato. Averigüemos cómo somos esclavos de la memoria; cómo somos esclavos de nuestras experiencias. Cuando veamos la ira, los celos, la envidia, no trataremos de ahogarlos, suprimirlos o negarlos –sería una hipocresía hacerlo- sino que les permitiremos que dicten la naturaleza de la respuesta.


               
Veamos, la libertad no es nada misterioso o místico. La libertad es constantemente consciente del impulso del subconsciente que determina tres cuartas partes de nuestras acciones. Ser consciente del impulso de la memoria, del subconsciente, y anticiparse siempre a él. Es fácil observar las flores y los árboles. Es fácil observar la corriente de pensamiento mientras estamos sentados en un rincón. Pero observar el impulso de la memoria mientras vivimos y trabajamos necesita tremenda energía. Hacer eso necesita una sensibilidad y una vigilancia tremendas. Cuando surgen la envidia y los celos, vamos a su raíz y decimos: “SÍ, ESTOY CELOSA DE LA OTRA PERSONA PORQUE VEO MI PROPIA POBREZA; ESTOY CELOSA DE LA OTRA PERSONA PORQUE NO ME RECONCILIO CON EL HECHO DE LO QUE YO SOY”.

¿Qué son los celos? Los celos no son realmente un sentimiento dirigido hacia los demás, son un sentimiento dirigido hacia uno mismo. Uno no se reconcilia con el hecho de su propia existencia. Uno quiere escapar de eso. Por eso, si uno ve a una persona que es más rica que nosotros, entonces siente celos, no porque esa persona sea rica sino porque nosotros somos pobres. Si vemos a una persona más bella, los celos que nuevamente surgen parecen dirigirse contra esa persona. Nada tienen que ver con esa persona. La persona produjo la estimulación del descontento con la realidad de nuestra propia vida. Por eso, para librarnos de los celos o la envidia, no tenemos que formarnos un código de conducta o imponernos una disciplina. Pero si veo que los celos o la envidia son el resultado de mi insatisfacción conmigo mismo, de mi resistencia a enfrentarme con lo que soy, entonces el foco de la atención se concentrará en la realidad de mi propia vida. Esa es la meditación. Se trata de una atención que todo lo abarca y se mueve todo el tiempo con el movimiento de la vida. Se relaciona con los hechos como éstos, sin anularlos. Una persona que vio cómo el movimiento del ego crea celos y envidia, ha visto todo lo negativo del ego. En este instante se trata de celos. En el siguiente, se trata de ira; en el tercer instante, de descontento; en el cuarto instante, de violencia; todo esto implica la renuncia del ego a enfrentarse con la realidad.

La persona que investiga la meditación, que investiga qué es la libertad, observa. En realidad, no podemos darnos el lujo de estar ausentes y distraídos. Hemos de estar totalmente conscientes en cada instante de la vida, tenemos que observar el movimiento y movernos con la vida como ésta viene y se desarrolla, sin apegarnos a nuestras reacciones. La libertad consiste en moverse con la vida sin inhibiciones. Nada proveniente del mundo objetivo nos estorba, sino más bien nuestro mundo subjetivo, nuestro propio subconsciente al que nos apegamos.


                          
Silencio/Meditación

Encontrar la enseñanza de una dificultad en un conflicto de relación



Cuando sentimos la necesidad de dar nuestra opinión para reafirmar nuestra manera de pensar, o de intervenir en las conversaciones dando una imagen de conocimiento ó bondad siguiendo un impulso de manifestarnos hacia afuera es que existen zonas internas que no hemos prestado suficiente atención. Existen lugares faltos de amor y por eso buscamos afuera lo que nos falta dentro.

Por eso es tan importante el centramiento en uno mismo y la observación constante. El ego es muy sutil y monta sus propias obras de teatro camuflando la verdad real escondida en actos sutiles que nos parecen banales o corrientes.

                       


La dificultad que siempre aparece en un conflicto de relación es la resistencia a reconocer que el otro es un espejo de una parte de nosotros que se manifiesta y a la que reaccionamos proyectando nuestra dificultad sobre el otro.

Al decir al otro: “No cambias, y no soporto estar contigo en estas condiciones”, en realidad nos estamos reprochando esto mismo en nosotros y nos estamos diciendo que ya no soportamos ser así.

Cuando queremos resolver cualquier conflicto de relación, es bueno retomar la responsabilidad de nuestro ser y dejar de querer cambiar al otro, de otro modo seguiremos rechazando la enseñanza que la vida nos trae a través de este encuentro.

Observemos nuestras proyecciones, nuestros juicios y tomemos nota de ellos. Anotemos todo lo que le reprochamos al otro y después lo sustituimos el “tú” por el “yo”.

Por ejemplo: “No soporto más que me agredas cada vez que te hablo”, escribiremos debajo: “No soporto más agredirme cada vez que Me hablo”.

Otro ejemplo: “Contigo no puedo progresar, porque no quieres cambiar ni evolucionar” será remplazada por: “Con esta actitud en mí, no puedo progresar porque no quiero cambiar ni evolucionar”.

Se tratará de percibir cuál es la actitud hacía la que nuestra sabiduría interior nos empuja a mirar con honestidad y humildad.

Cuando hayamos reconocido el espejo, podemos mirar interiormente el juicio que nos hacemos como si fuésemos un personaje, amarlo y decidir deliberadamente poniendo en ello la fuerza y la atención necesarias, adoptar una actitud más sana hacia nosotros mismos.

No podremos aceptar o perdonar al otro si no lo hacemos con esa parte de nosotros que juzgamos que no es tan digna de amor como cualquier otra cosa que exista en el universo. Es así y sólo así con el acto de amar que la curación sobreviene.

Haremos luego un silencio procurando encontrar alguna relación que no está totalmente sanada, aunque en principio nos parezca que lo tenemos claro.

                   
  
Nuestra confianza aumentará a medida que veamos la eficacia de este proceso de concienciación en lo concreto de nuestra vida cotidiana.
En ocasiones, nos llevará a una ruptura de relación y sabremos en las profundidades de nosotros mismos qué es lo más adecuado para el respeto mutuo.

La vida siempre nos enseña el desapego y la libertad, el respeto hacia nosotros y hacia a los demás; cuanto menos nos resistamos a estas enseñanzas, nos afectarán las ilusiones de la separación. La separación no existe en nuestra esencia de amor y cuando cualquier relación se termina, realmente se realiza una integración de una parte de nosotros.

Demos gracias a la vida y a lo que llamamos dificultad por permitirnos explorar el conflicto que nos enseña la unión que encierra.

Detrás de todo conflicto, aprendemos a reconocer quienes somos, aprendemos a jugar con nuestra energía y con nuestro amor como podríamos jugar con un compañero enamorado en una danza cósmica. Todos los colores presentes en nosotros tienen  derecho a ser expresados, incluso aquellos que juzgamos oscuros.

Demos gracias al otro por estar de acuerdo en jugar con nosotros y dirijamos nuestro pensamiento y nuestra atención hacía el fruto de la enseñanza que recibimos a través de las formas de conciencia de todos nuestros aspectos.



 Silencio/Meditación trabajo con las relaciones.