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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



miércoles, 8 de noviembre de 2017

¿Qué hacemos con las relaciones?



En la observación diaria ¿qué hacemos con las relaciones? En primer lugar, que todo lo que yo llamo mío –mi familia, mi casa, mis amigos- se basa en el ego. No tengo relación con nada en el mundo, salvo a través del ego. Es bueno que nos demos cuenta de este hecho, en primer lugar. Eso nos quitará mucho sufrimiento y la tendencia a desarrollar un complejo de mártir o víctima. Gano dinero. Es necesario ganarse la vida. Necesito una cosa. Necesito ropas. ¿Cuántos de nosotros sólo ganan para proveer a las necesidades del cuerpo? Una cosa es proveer científicamente a las necesidades elementales del cuerpo; y otra cosa es ganar dinero para ganar cada vez más respetabilidad social y entrar en una carrera competitiva en procura de respetabilidad, fama, prestigio y comodidad. Hacemos muchas cosas para complacer al ego. Es bueno averiguar cómo vivimos. Entonces, descubriremos que desaparecerá gran parte de la codicia y la ambición de ganar cada vez más, y más y más. Tenemos una relación científica con las cosas. Ganarse la vida se relacionará con proveer las necesidades, no con complacer al ego.

La meditación es relajación, a cada momento, en la acción. Es una relajación en movimiento; de lo contrario, no tiene valor. No es un estado mental que deba estimularse en el aislamiento. Si alguien trata de insultarme, ¿estimula en mí alguna reacción tradicional? Por supuesto que sí. Enojarse en una reacción tradicional. Tan pronto como, en su mundo el animal siente perturbada su seguridad, corre y salta sobre la víctima. Del mismo modo, en el momento en que sentimos que nuestra seguridad psicológica está en peligro, reaccionamos de inmediato. Averigüemos cómo somos esclavos de la memoria; cómo somos esclavos de nuestras experiencias. Cuando veamos la ira, los celos, la envidia, no trataremos de ahogarlos, suprimirlos o negarlos –sería una hipocresía hacerlo- sino que les permitiremos que dicten la naturaleza de la respuesta.


               
Veamos, la libertad no es nada misterioso o místico. La libertad es constantemente consciente del impulso del subconsciente que determina tres cuartas partes de nuestras acciones. Ser consciente del impulso de la memoria, del subconsciente, y anticiparse siempre a él. Es fácil observar las flores y los árboles. Es fácil observar la corriente de pensamiento mientras estamos sentados en un rincón. Pero observar el impulso de la memoria mientras vivimos y trabajamos necesita tremenda energía. Hacer eso necesita una sensibilidad y una vigilancia tremendas. Cuando surgen la envidia y los celos, vamos a su raíz y decimos: “SÍ, ESTOY CELOSA DE LA OTRA PERSONA PORQUE VEO MI PROPIA POBREZA; ESTOY CELOSA DE LA OTRA PERSONA PORQUE NO ME RECONCILIO CON EL HECHO DE LO QUE YO SOY”.

¿Qué son los celos? Los celos no son realmente un sentimiento dirigido hacia los demás, son un sentimiento dirigido hacia uno mismo. Uno no se reconcilia con el hecho de su propia existencia. Uno quiere escapar de eso. Por eso, si uno ve a una persona que es más rica que nosotros, entonces siente celos, no porque esa persona sea rica sino porque nosotros somos pobres. Si vemos a una persona más bella, los celos que nuevamente surgen parecen dirigirse contra esa persona. Nada tienen que ver con esa persona. La persona produjo la estimulación del descontento con la realidad de nuestra propia vida. Por eso, para librarnos de los celos o la envidia, no tenemos que formarnos un código de conducta o imponernos una disciplina. Pero si veo que los celos o la envidia son el resultado de mi insatisfacción conmigo mismo, de mi resistencia a enfrentarme con lo que soy, entonces el foco de la atención se concentrará en la realidad de mi propia vida. Esa es la meditación. Se trata de una atención que todo lo abarca y se mueve todo el tiempo con el movimiento de la vida. Se relaciona con los hechos como éstos, sin anularlos. Una persona que vio cómo el movimiento del ego crea celos y envidia, ha visto todo lo negativo del ego. En este instante se trata de celos. En el siguiente, se trata de ira; en el tercer instante, de descontento; en el cuarto instante, de violencia; todo esto implica la renuncia del ego a enfrentarse con la realidad.

La persona que investiga la meditación, que investiga qué es la libertad, observa. En realidad, no podemos darnos el lujo de estar ausentes y distraídos. Hemos de estar totalmente conscientes en cada instante de la vida, tenemos que observar el movimiento y movernos con la vida como ésta viene y se desarrolla, sin apegarnos a nuestras reacciones. La libertad consiste en moverse con la vida sin inhibiciones. Nada proveniente del mundo objetivo nos estorba, sino más bien nuestro mundo subjetivo, nuestro propio subconsciente al que nos apegamos.


                          
Silencio/Meditación

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