Bienvenid@

Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



sábado, 28 de abril de 2018

¿Qué es la muerte?


Ejercicio diario de Autoestima: Mirarse al espejo detenidamente, observarse y enviarse reconocimiento, amor.

¿Cuáles de los autocuidados a nivel práctico habéis reconocido y practicado?

¿Habéis practicado algunos de los consejos fáciles que os comenté?

Hacer el ejercicio práctico que quedó pendiente en el último encuentro.



              
La muerte es el término de la vida, se trata del final del organismo vivo que se había creado a  partir del nacimiento.

Más allá de la biología, existe una concepción social y religiosa. Se suele considerar a la muerte como la separación del cuerpo y el alma. Por lo tanto, la muerte implicaría el final de la vida física pero no de la existencia.

La ciencia ha demostrado que somos eternos. La ciencia nos dice que todo lo que existe es energía, y que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y eso quiere decir que somos energía, y que no nos creamos ni destruimos, sólo nos transformamos. Es decir no tenemos principio ni fin: Somos eternos.

Y si somos eternos, significa que la muerte no es el final de nuestra existencia. La muerte es simplemente el final de nuestra existencia en la tierra. Es una puerta de salida de este planeta.


Hay varias creencias o teorías sobre la muerte, hay quien considera que después de la muerte no hay nada, otros creen en la reencarnación, etc. Lo que importante es que cada uno sea fiel a sí mismo y son las experiencias las que nos colocan en la realidad.

Una verdad única no existe, existen tantas verdades como personas y cada una sirve a uno mismo y lo importante es respetar a todos y no querer imponer nuestra verdad a nadie. Hoy día existe mucha documentación relatando experiencias de después de la muerte y libros de investigación, que si os interesa podéis consultar.
                     
¿Por Qué Es Necesaria la Muerte?

Así pues, la muerte no es más que una puerta de salida que nos permite abandonar el planeta. No es la única puerta de salida que hay, pero sí la más habitual. De momento.
Esta puerta tiene dos características particulares que hacen que la percibamos tal y como la percibimos actualmente:
  1. En principio, estamos programados para tener que pasar por ella tarde o temprano.
  2. Estamos diseñados para tenerle miedo.
El primer punto es el que hace que nos parezca que la muerte es un fenómeno inevitable. Nuestro cuerpo está diseñado para que se degrade con el tiempo y para que, al cabo de unos años de vida, deje de funcionar.
Una pregunta importante es: ¿por qué? Si somos eternos, ¿por qué hemos creado un cuerpo que no lo es? ¿Por qué hemos aceptado vivir en un cuerpo que se degrada y acaba fallando?
Pues hay varios motivos que responden a esta pregunta, pero el principal es que queríamos asegurarnos de que nuestra estancia en la Tierra era temporal. Esta es una condición que todos pusimos antes de aceptar venir aquí: queríamos estar 100% seguros de que no nos quedaríamos en la Tierra para siempre.
¿Y por qué pusimos esta condición? Pues por qué sabíamos que la vida en la Tierra sería difícil, y que aquí hay un riesgo muy grande de sufrir. Venir a la Tierra implica olvidar quienes somos y desconectarnos de nuestra esencia divina, y queríamos estar seguros de que esta situación sería temporal.
Aceptamos venir a la Tierra porque nos pareció una aventura muy interesante, pero queríamos estar seguros de que, si nos perdíamos por el camino, alguien nos vendría a buscar para llevarnos de vuelta a casa.

¿Por Qué Le Tenemos Miedo a la Muerte?

Si la muerte es sólo una puerta de vuelta a casa, la siguiente pregunta lógica es: ¿y entonces por qué le tenemos tanto miedo?
Pues porque estamos diseñados para que sea así. Está hecho a propósito.
Es importante remarcar que no le tenemos miedo a la muerte porque sea un proceso doloroso ni desagradable. Si has tenido la oportunidad de hablar con alguien que haya vivido una experiencia cercana a la muerte, si has leído sobre el tema o si la has vivido tú mismo, sabrás que todos cuentan que es un proceso muy agradable, lleno de paz y alivio. La mayoría de personas explican que no querían volver.
Y es que volver a casa, y reconectarnos con nuestra esencia divina, es un proceso muy agradable.
El problema es que, si supiéramos que es tan agradable, el planeta se vaciaría en dos días. La vida en la Tierra a menudo se vuelve dura y pesada, y a la mínima que sufriéramos un poco nos iríamos.
Por esta razón, la vida humana se diseñó para que le tuviéramos miedo a la muerte: para que no nos marcháramos a la mínima de cambio.
La Tierra es un planeta muy especial dentro del universo. Mientras estamos aquí, no recordamos cuál es su función, pero es una función muy importante. Antes de venir éramos plenamente conscientes de esta función, y de su importancia, y decidimos venir a hacerla con mucho gusto.
Sólo pusimos una pequeña condición. Sabiendo que nuestra misión sería complicada, pedimos que nuestra estancia aquí fuera siempre temporal. Pero sabiendo también que si fuera demasiado fácil marcharse lo dejaríamos a medias, aceptamos que la puerta de salida no fuera fácil de atravesar.
Así pues, la muerte cumple una doble función: por un lado nos asegura que volveremos a casa algún día, y por otro nos mantiene en el planeta el tiempo suficiente para poder llevar a cabo nuestra misión.
Así que es normal tenerle miedo a la muerte. Nos pasa a todos. Incluso Jesús sintió miedo en el último momento. Estamos todos diseñados para que sea así. Si no, el proyecto Tierra se quedaría sin participantes rápidamente.
Pero en realidad, la muerte es tan solo una puerta de vuelta a casa. Y al otro lado está nuestra familia esperándonos.
Jean Anguita, sus comentarios sobre la muerte.

No existe ninguna diferencia entre el sueño y la muerte, salvo que cuando morimos, abandonamos definitivamente la casa que habitábamos. Durante el sueño, la abandonamos igualmente, pero subsiste un nexo que nos remite a ella: el cordón de plata.

Trabajo de Relajación Corporal.




Siguiendo con la investigación del personaje



Cuando hemos logrado la comprensión del mismo, hemos de estar atentos, seguir observando porque siempre está alerta para ser el protagonista. Nos hace dudar, volvemos a las antiguas posiciones de pensar que los demás son los culpables y creemos que no hemos avanzado nada y nos cuestionamos la validez del trabajo.

El personaje o la personalidad es muy astuta; sin cesar conspira para recobrar su lugar de dueña, y en cuanto nos falta un poco de luz, de lucidez y de vigilancia, se desliza, mina el terreno y triunfa: de nuevo estamos a su merced.

En la vida interior ocurre lo mismo que en los países cuando se hallan en guerra, uno sale vencedor y el otro debe someterse… sin embargo esta situación no es segura para siempre, el pueblo vencido no acepta la derrota, refunfuña y trabaja en la sombra para liberarse.

No se consigue sojuzgar a la personalidad para siempre, ésta permanece viva y continúa haciendo un trabajo subterráneo, no capitula nunca. Para mantenerla en el lugar que deseamos, hay que estar siempre vigilantes, lo cual resulta agotador. Pero ella es tan tenaz, tan persistente que si nos distraemos vuelve a ocupar el primer lugar.

El personaje siempre está presente en nosotros, en nuestras memorias celulares por lo tanto sólo la absoluta atención y entrega consciente nos va liberando poco a poco de nuestros hábitos y maneras de reaccionar.

¿Qué hace un país en tiempos de guerra? Buscar aliados, es algo instintivo. ¿Cuál es nuestro aliado? Nosotros solos somos demasiado vulnerables y debemos buscar aliados que luchen por nosotros. La única solución es buscar a las entidades celestes, con los ángeles, arcángeles, divinidades… y darles a ellos la posibilidad de hacer la guerra…  Pues únicamente el Cielo, es decir el lado divino en nosotros, tiene todos los poderes, todos los medios, mientras que nosotros, ¿qué somos para osar hacer frente y resistir las energías oscuras o a la sombra?

Cuando estamos unidos a nuestra esencia, a nuestra Presencia al  Yo Soy todo el trabajo es mucho más fácil, ligero porque la personalidad queda en un segundo lugar, se ve obligada a obedecer. Ya no puede rebelarse.

E incluso cuando hayamos conseguido domar nuestra personalidad para remplazarla por la individualidad, ello no quiere decir que vaya a desaparecer completamente: conservará algunas raíces en el cuerpo físico, porque el cuerpo físico es el último refugio de la personalidad. Incluso cuando ya no quedan emociones ni pensamientos, aún mantiene sus bases en el cuerpo físico.

El cuerpo físico renueva sus células cada siete años y nosotros seguimos haciendo lo mismo de siempre a no ser que hayamos trabajado con intensidad y hayamos logrado la conciencia total de nuestras creaciones, hábitos, creencias, adicciones… reconociéndonos como creadores.
 
Para conseguir eliminar las memorias ancestrales de nuestra personalidad que quedan ancladas en el cuerpo físico debemos contar con la ayuda de Nuestro Ser Superior o las entidades celestiales. De lo contrario nos perderemos en el intento.
        

                  

¿Comprendéis un poco el trabajo que estamos realizando?

Hemos de confiar, no dudar en las experiencias y trabajos realizados y la total entrega nos liberará para siempre de las dudas y las confusiones que aparecen en nuestra mente y en nuestro inconsciente.

 


¿Cuál es el cimiento de la Meditación? El cimiento de la meditación se basa en una relación científica y sensata con el cuerpo y la mente; entonces, la armonía entre ambos crea una relajación; en esa relajación, en ese cese de actividad mental, la energía se acumula en su propia fuente. Empieza a accionar sobre nosotros. No tenemos que accionar sobre ella: ella empieza a accionar sobre nosotros, no hemos de hacer nada.

Silencio/Meditación.

jueves, 19 de abril de 2018

Aprendiendo el camino de la compasión y el amor

 
Siguiendo con los primeros esbozos del Personaje.



                
Toda la humanidad se reduce a una familia humana global, es una necesidad histórica que el ser humano aprenda el camino de la compasión y del amor. No se trata de una obligación para unos pocos elegidos que se retiren de la principal corriente de la vida, que vivan en algunos monasterios, templos, mezquitas en algunas montañas. Se trata de una necesidad histórica y de que alcancemos la madurez de vida con amor y amistad recíprocos. Las relaciones humanas deben ser motivadas por el amor, y deben vivirse a través de la compasión. Sólo entonces las palabras hermandad, paz, amistad, igualdad y fraternidad tendrán algún significado. Hoy en día usamos estas palabras. Pero en  nuestras vidas cotidianas no significan mucho para nosotros. Son sólo adornos del intelecto y medios de recreación emocional. Las palabras son sólo medios de transporte entre los individuos. Son medios de comunicación. Tenemos que estar my atentos para comprender lo que las  palabras indican.
 
Las palabras son símbolos. Podemos familiarizarnos con los símbolos. Pero tenemos que ir más allá. Tenemos formas humanas, somos animales humanos, pero el ser humano ha de emerger de nosotros. Y la aventura de permitir que dentro de nosotros nazca un ser humano debe ser experimentada por todo ser humano.

Silencio/Meditación.

martes, 17 de abril de 2018

¿Quién cuida al cuidador?


¿Quién cuida al cuidador? Y ¿Cómo se cuida el cuidador? ¿Cómo definiríamos a un cuidador?


    
Para mí es una persona responsable, generosa y de buen corazón.

Estas preguntas parecen dirigidas solo a vosotros pero en realidad podríamos hacer la pregunta generalizada a todos nosotros: ¿Quiénes nos cuidan?  Y ¿Cómo nos cuidamos? Aún estamos esperando que nos cuiden, que nos reconozcan, que nos amen…

El hecho de tener la responsabilidad de cuidar a otra persona, que nos necesita y que en general amamos nos lleva casi sin darnos cuenta a olvidarnos de nosotros mismos, no tenemos tiempo, estamos muy ocupados y esto es una trampa para no cuidarnos.

¿Cómo podríamos cuidarnos? Haciéndonos cargo de nosotros mismos, amándonos… Y cómo lo hacemos si casi no tenemos tiempo para nada. En primer lugar buscando un tiempo diario para nosotras, si no estamos bien, si no nos amamos no podemos cuidar al otro, nos quemamos, nos agotamos y terminamos por enfermar o por enfadarnos.

Entramos en el síndrome de sobrecarga del cuidador que es una respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico cuyas cargas principales son el agotamiento físico y/o psicológico.

Síntomas entre los que predominan:

1.- Ansiedad
2.- Depresión
3.- Baja autoestima
4.- Insomnio
5.- Fatiga crónica, etc…

¿Qué nos puede ayudar?

Aumentar conocimientos y habilidades de los cuidadores respeto a las personas que cuidan y respeto a ellos mismos, así como aumentar su bienestar y satisfacción. Reconocer sus propias emociones y aprender a gestionarlas y sobretodo reconocer las señales de alerta.

¿Cómo gestionamos el autocuidado a nivel práctico?

-Una de las cosas más importantes es la organización del tiempo.

-No sentirse culpable, pensando que no lo hace bien o que podía hacerlo mejor.

-No sobreproteger a la persona afectada.

-Ejercicio físico, técnicas de relajación.

-Relaciones sociales.

-Obtener ayuda.

-Tiempo para uno mismo y para otras relaciones.

-Ser amoroso y paciente consigo mismo.

-Cuidar su cuerpo: Tener en cuenta la respiración y hacer técnicas corporales, Katsugen, Tre, Yoga, bailar, andar…


       
 1¿Para qué nos sirve hacer un servicio o un trabajo a costa de nuestra vida? ¿Qué sentido tiene?

AMAR equivale a respetarnos, tenernos en cuenta, si nos  diluimos perdemos la fuerza, la ilusión, la alegría, el gozo de la vida. La única responsabilidad que tenemos en esta vida es con nosotros mismos, sí que es cierto que cuando hacemos un servicio y amamos a los demás también cuenta pero al final de la vida la pregunta será ¿cuál ha sido tu aprendizaje? Y la excusa no he tenido tiempo… me he cuidado o responsabilizado de mi marido, hijo, tenía a mi cargo tal persona, etc. no cuentan.


         
Cuando hacemos las cosas con amor e ilusión no nos cansamos por lo tanto hemos de aprender amarnos, respetarnos, poniendo los límites, cuidarnos para disfrutar de la vida y compartir este gozo con la persona que cuido y esto realmente es la mejor manera de ayudarlo. Si nosotros estamos bien todo es coser y cantar, de lo contrario todo son problemas. ESTA ES NUESTRA PRIORIDAD ESTAR BIEN porque estar bien significa ser consciente de lo que hago, conocerme, saber mis prioridades, tener en cuenta mis propósitos de vida y sobre todo amarme.

La definición de autoestima es CONFIANZA Y RESPETO POR UNO MISMO, es decir AMARME, no buscar acciones que justifiquen no ocuparme de mi misma.


     
Vamos hacer una prueba para comprobar a qué nivel se encuentra nuestra autoestima: ¿Podríais hacer una lista de las cosas que consideráis más importantes en este momento de la vuestra vida?

Una vez tengáis la lista repartirla en un tanto por ciento del 1 al 100%.

Cosas fáciles que nos ayudan en caso de sobrecarga en una zona determinada del cuerpo: toallas calientes, respirar por la columna, baños de pies…

PRACTICA: Formar grupos de 3 o 4 personas al azar, mejor hacerlo con las personas que menos os conozcáis, aprovechad la experiencia. Durante 5 minutos vais hablar de vuestras ilusiones actuales y lo que sentáis. Después cada una escribirá tres cualidades de los componentes del grupo y luego lo compartiremos.

¿Cómo? Ahora lo veréis.

Guardad en vuestro corazón lo que habéis escuchado y tenerlo en cuenta cada día y ampliarlo, ampliarlo, ampliarlo… sois esto y mucha más.

Acabando con el túnel del Amor.

Si hay tiempo unos momentos de silencio para descubrir quién realmente somos.

La única finalidad de la vida es crecer. La última lección es aprender amar y a ser amado incondicionalmente. (E. Kübler-Ross).