Ejercicio diario de Autoestima: Mirarse al espejo
detenidamente, observarse y enviarse reconocimiento, amor.
¿Cuáles de los
autocuidados a nivel práctico habéis reconocido y practicado?
¿Habéis practicado
algunos de los consejos fáciles que os comenté?
Hacer el ejercicio práctico que quedó pendiente en el último
encuentro.
La muerte es el término de la vida, se trata del final del
organismo vivo que se había creado a partir
del nacimiento.
Más allá de la biología, existe una concepción social y
religiosa. Se suele considerar a la muerte como la separación del cuerpo y el
alma. Por lo tanto, la muerte implicaría el final de la vida física pero no de
la existencia.
La ciencia ha demostrado que somos eternos. La ciencia nos
dice que todo lo que existe es energía, y que la energía no se crea ni se
destruye, sólo se transforma. Y eso quiere decir que somos energía, y que no
nos creamos ni destruimos, sólo nos transformamos. Es decir no tenemos
principio ni fin: Somos eternos.
Y si somos eternos, significa que la muerte no es el final de
nuestra existencia. La muerte es simplemente el final de nuestra existencia en
la tierra. Es una puerta de salida de este planeta.
Hay varias creencias o teorías sobre la muerte, hay quien
considera que después de la muerte no hay nada, otros creen en la
reencarnación, etc. Lo que importante es que cada uno sea fiel a sí mismo y son
las experiencias las que nos colocan en la realidad.
Una verdad única no existe, existen tantas verdades como
personas y cada una sirve a uno mismo y lo importante es respetar a todos y no
querer imponer nuestra verdad a nadie. Hoy día existe mucha documentación
relatando experiencias de después de la muerte y libros de investigación, que
si os interesa podéis consultar.
¿Por Qué Es Necesaria la Muerte?
Así pues, la
muerte no es más que una puerta de salida que nos permite abandonar el planeta.
No es la única puerta de salida que hay, pero sí la más habitual. De momento.
Esta puerta
tiene dos características particulares que hacen que la percibamos tal y como
la percibimos actualmente:
- En principio, estamos programados para tener que pasar por ella tarde o temprano.
- Estamos diseñados para tenerle miedo.
El primer
punto es el que hace que nos parezca que la muerte es un fenómeno inevitable.
Nuestro cuerpo está diseñado para que se degrade con el tiempo y para que, al
cabo de unos años de vida, deje de funcionar.
Una pregunta
importante es: ¿por qué? Si somos eternos, ¿por qué hemos creado un cuerpo que
no lo es? ¿Por qué hemos aceptado vivir en un cuerpo que se degrada y acaba
fallando?
Pues hay
varios motivos que responden a esta pregunta, pero el principal es que queríamos
asegurarnos de que nuestra estancia en la Tierra era temporal. Esta es una
condición que todos pusimos antes de aceptar venir aquí: queríamos estar 100%
seguros de que no nos quedaríamos en la Tierra para siempre.
¿Y por qué
pusimos esta condición? Pues por qué sabíamos que la vida en la Tierra sería
difícil, y que aquí hay un riesgo muy grande de sufrir. Venir a la Tierra
implica olvidar quienes somos y desconectarnos de nuestra esencia
divina, y queríamos estar seguros de que esta situación sería temporal.
Aceptamos
venir a la Tierra porque nos pareció una aventura muy interesante, pero
queríamos estar seguros de que, si nos perdíamos por el camino, alguien nos
vendría a buscar para llevarnos de vuelta a casa.
¿Por Qué Le Tenemos Miedo a la Muerte?
Si la muerte
es sólo una puerta de vuelta a casa, la siguiente pregunta lógica es: ¿y
entonces por qué le tenemos tanto miedo?
Pues porque
estamos diseñados para que sea así. Está hecho a propósito.
Es
importante remarcar que no le tenemos miedo a la muerte porque sea un proceso
doloroso ni desagradable. Si has tenido la oportunidad de hablar con alguien
que haya vivido una experiencia cercana a la muerte, si has leído sobre el tema
o si la has vivido tú mismo, sabrás que todos cuentan que es un proceso muy
agradable, lleno de paz y alivio. La mayoría de personas explican que no
querían volver.
Y es que
volver a casa, y reconectarnos con nuestra esencia divina, es un proceso muy
agradable.
El problema es
que, si supiéramos que es tan agradable, el planeta se vaciaría en dos días. La
vida en la Tierra a menudo se vuelve dura y pesada, y a la mínima que
sufriéramos un poco nos iríamos.
Por esta
razón, la vida humana se diseñó para que le tuviéramos miedo a la muerte:
para que no nos marcháramos a la mínima de cambio.
La Tierra es
un planeta muy especial dentro del universo. Mientras estamos aquí, no
recordamos cuál es su función, pero es una función muy importante. Antes de
venir éramos plenamente conscientes de esta función, y de su importancia, y
decidimos venir a hacerla con mucho gusto.
Sólo pusimos
una pequeña condición. Sabiendo que nuestra misión sería complicada, pedimos
que nuestra estancia aquí fuera siempre temporal. Pero sabiendo también que si fuera
demasiado fácil marcharse lo dejaríamos a medias, aceptamos que la puerta de
salida no fuera fácil de atravesar.
Así pues, la
muerte cumple una doble función: por un lado nos asegura que volveremos a casa
algún día, y por otro nos mantiene en el planeta el tiempo suficiente para
poder llevar a cabo nuestra misión.
Así que es
normal tenerle miedo a la muerte. Nos pasa a todos. Incluso Jesús sintió miedo
en el último momento. Estamos todos diseñados para que sea así. Si no, el
proyecto Tierra se quedaría sin participantes rápidamente.
Pero en
realidad, la muerte es tan solo una puerta de vuelta a casa. Y al otro lado
está nuestra familia esperándonos.
Jean
Anguita, sus comentarios sobre la muerte.
No existe ninguna diferencia entre el sueño y la muerte, salvo
que cuando morimos, abandonamos definitivamente la casa que habitábamos.
Durante el sueño, la abandonamos igualmente, pero subsiste un nexo que nos
remite a ella: el cordón de plata.
Trabajo de Relajación Corporal.
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