Bienvenid@

Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



jueves, 29 de junio de 2017

La pereza

Ejercicios de transformación y sanación: La pereza



La pereza sobreviene siempre cuando, de una forma o de otra, no nos hemos respetado.

                            

El sentimiento de fatiga o de cansancio que le acompaña es simplemente un freno que nos pide ser sinceros sobre la dirección que hemos elegido. Si estamos cansados o no nos gusta lo que hacemos, con quién estamos, o no queremos estar donde estamos, la pereza viene para enseñarnos que debemos revisar nuestras elecciones. Aquí también es necesaria una meditación, un tiempo para nosotros, la mejor manera de hacer desaparecer la pereza tal como ha venido es la de cambiar radicalmente de dirección.
 
Hacer algo totalmente diferente, aunque sólo sea por unos momentos. Durante estos momentos volveremos a encontrarnos, volveremos a encontrar la alegría en nosotros, la sencilla alegría de ser quienes somos, de ser bello, digno de ser un Hombre encarnado en este cuerpo, tener una Inteligencia de una riqueza maravillosa y un corazón que conoce el arte de amar. Hacernos algunos cumplidos y dirigir nuestra mirada hacia lo que tenemos de bueno en nosotros. Hacernos un regalo, apreciarnos.

La pereza sobreviene a menudo después de habernos concentrado, durante un período demasiado largo, en alimentar juicios negativos. ¡Ella nos enseña que es la hora de dar un giro de 180 grados!

Antes de dejar marchar la pereza, preguntémonos si no la hemos elegido sólo para poder descansar un tiempo, entonces ofrezcámonos unas vacaciones, unas vacaciones para nuestros juicios negativos.


Imaginémonos en una hamaca a orillas del océano y relajémonos bajo el sol que nos ofrece ese tiempo de reposo cada vez que nos permitamos encontrarlo en nosotros. Soñemos conscientemente y nutrámonos, en este sueño despierto, de todo lo que nos colma de alegría, de placer de vivir, de abundancia y de amor.
Dejémonos ser como un niño pequeño al que se le permite todo, justo durante unos instantes.

             
Después, cuando salgamos de nuestra meditación, démonos un ritual para hacer un puente entre ese mundo de alegría y la vida cotidiana exterior. Permitámonos hacer un acto al día que nos complazca. Permitámonos esta disciplina y toda pereza desaparecerá de nuestra vida.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario