La pereza sobreviene siempre cuando, de una forma o de otra,
no nos hemos respetado.
El sentimiento de fatiga o de cansancio que le acompaña es
simplemente un freno que nos pide ser sinceros sobre la dirección que hemos
elegido. Si estamos cansados o no nos gusta lo que hacemos, con quién estamos,
o no queremos estar donde estamos, la pereza viene para enseñarnos que debemos
revisar nuestras elecciones. Aquí también es necesaria una meditación, un
tiempo para nosotros, la mejor manera de hacer desaparecer la pereza tal como
ha venido es la de cambiar radicalmente de dirección.
Hacer algo totalmente diferente, aunque sólo sea por unos
momentos. Durante estos momentos volveremos a encontrarnos, volveremos a
encontrar la alegría en nosotros, la sencilla alegría de ser quienes somos, de
ser bello, digno de ser un Hombre encarnado en este cuerpo, tener una
Inteligencia de una riqueza maravillosa y un corazón que conoce el arte de amar.
Hacernos algunos cumplidos y dirigir nuestra mirada hacia lo que tenemos de
bueno en nosotros. Hacernos un regalo, apreciarnos.
La pereza sobreviene a menudo después de habernos
concentrado, durante un período demasiado largo, en alimentar juicios negativos.
¡Ella nos enseña que es la hora de dar un giro de 180 grados!
Antes de dejar marchar la pereza, preguntémonos si no la
hemos elegido sólo para poder descansar un tiempo, entonces ofrezcámonos unas
vacaciones, unas vacaciones para nuestros juicios negativos.
Imaginémonos en una hamaca a orillas del océano
y relajémonos bajo el sol que nos ofrece ese tiempo de reposo cada vez que nos
permitamos encontrarlo en nosotros. Soñemos conscientemente y nutrámonos, en
este sueño despierto, de todo lo que nos colma de alegría, de placer de vivir,
de abundancia y de amor.
Dejémonos ser como un niño pequeño al que se le
permite todo, justo durante unos instantes.
Después, cuando salgamos de nuestra meditación, démonos un
ritual para hacer un puente entre ese mundo de alegría y la vida cotidiana
exterior. Permitámonos hacer un acto al día que nos complazca. Permitámonos
esta disciplina y toda pereza desaparecerá de nuestra vida.




No hay comentarios:
Publicar un comentario