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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



miércoles, 3 de mayo de 2017

La Timidez



¿Qué es este extraño fenómeno de la timidez?


La timidez nos impide expresar quienes somos. A veces nos hemos juzgado tanto que tenemos una imagen de nosotros mismos que no corresponde en absoluto a quien realmente somos. Por tanto, esta imagen de nosotros es un personaje ficticio que se manifiesta en cuanto estamos en relación con el mundo y que, de alguna manera, toma nuestro lugar.



        
La timidez es un miedo a experimentar vuestra vulnerabilidad a sentir y recibir el amor que circula de forma natural entre los seres. Podríamos decir que la timidez es un miedo al amor.


                   
Cuando sentimos que surge la timidez, tomemos conciencia de que es un personaje que está ahí, delante de nosotros y que una vez más, no es QUIENES SOMOS. Miremos entonces un momento hacia abajo, hacia el suelo, y demos las gracias a este personaje por estar aquí presente para enseñarnos a atrevernos a ser. Hacemos una inspiración profunda, y desplazando lentamente nuestra mirada hacia arriba o hacia nuestro interlocutor, sentimos cómo nos conectamos con nuestro corazón, sentimos nuestro amor y dejamos que se expanda adelante y alrededor de nosotros. El acto de amar nos centra y hace que se disuelvan todas las barreras del miedo.

Sentirse vulnerable es una experiencia maravillosa. En realidad no podemos estar disponibles para escuchar ni compartir si no nos permitimos estar en nuestra feminidad, vulnerables y abiertos como una flor sensible y receptora.

Por tanto, acogemos nuestra vulnerabilidad y nuestra sensibilidad como una flor que se abre en nosotros y decidimos ser simplemente tal como somos mirando lo que ocurre.

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