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Núria Argany te ofrece la posibilidad de conectar con tu esencia, lo que verdaderamente eres, haciéndote consciente de tu personaje, reconociendo tus proyecciones y resistencias a través de técnicas-terapias corporales, psicológicas y energéticas, recobrando el equilibrio, la armonía y la paz interior.

Núria Argany se ha formado a través de:

Seitai, Meditación Zen, Psicología, Terapias Naturales y Energéticas, Preparación al Parto Consciente, Ito-Termi, Sueños, Oligoelementos, Dietética, Formas-Pensamientos, Regresiones, RMF-Balacing, Tachyon, Ataraxia, Curación Cuántica, y Reconnective Healing.



lunes, 1 de mayo de 2017

La tristeza



LA TRISTEZA

Cuando nos sentimos tristes, permitirnos sentir nuestra vulnerabilidad, como si fuéramos una frágil flor bajo la lluvia. Dejemos que la lluvia nos bañe con su dulzura, dejemos  las lágrimas subir y abandonémonos. Convirtámonos en una madre que nos acompaña, que nos consuela, nos apoya y nos ofrece su maravillosa compasión. Si no tenemos costumbre de interpretar el papel de madre hacia nosotros mismos, imaginemos una hembra animal que se ocupa de sus pequeños durante una sesión de limpieza y sintamos nuestro instinto maternal; está aquí, en nosotros, volvámoslo a encontrar y tomémonos en nuestros brazos, toquémonos nuestros brazos, nuestra cara y digámonos palabras dulces y reconfortantes.

La tristeza es como una diosa sanadora, que cuando la acogemos en nuestra vida nos puede ofrecer el camino más hermoso de regreso a nuestro amor. Aceptemos pues dejar llorar al niño que necesita nuestro apoyo maternal.

La tristeza es una de las puertas que nos conduce directamente a la autenticidad de nuestro corazón. Dejemos que la puerta se abra, pero ¡no nos identifiquemos con ella! No nos complazcamos con las lágrimas, no es indispensable crear un océano más. Sentimos la tristeza situándonos en la compasión de la madre en vosotros. Envolvámonos con la mirada de María o de Tara o de cualquier ejemplo de diosa-madre con la que nos sintamos en comunión.

Sintamos cómo la tristeza nos devuelve al momento presente, en nuestro cuerpo, y permitámonos sentir el apoyo de la Tierra-Madre.

-         Colocaros en el suelo en posición fetal y dejaros caer en los brazos de la madre-Tierra, sentid su recibimiento, sentid que no estáis aislados, sentid que en vuestra sensación de abandono ella puede al fin desvelaros su presencia. Dejaros amar por la madre-Tierra y nutriros de este amor. La tristeza os enseña la verdadera compasión. –









                      

                   

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