¿Estoy soñando?
“Soñar es real para un guerrero porque en el
sueño puede actuar deliberadamente, puede elegir o rechazar, puede seleccionar
de una variedad de ítems aquellos que llevan al poder, y luego puede
manipularlos y usarlos, mientras que en un sueño ordinario no puede actuar a
voluntad.
-
¿Quieres decir entonces, Don Juan, que soñar es real?
-
Desde luego que es real.
-
¿Tan real como lo que estamos haciendo ahora?
-
Si quieres compararlo, te diré que es incluso más real. En
sueños tienes el poder; puedes cambiar las cosas, puedes descubrir innumerables
hechos ocultos; puedes controlar lo que quieras.”
¿Cómo puedo aumentar mi memoria onírica? Dejar que el cuerpo
encuentre el recuerdo, sin forzar permitir que nos guie hacia él.
Los buenos momentos para despertarnos y recordar los sueños
serian en la fase REM o fase SOL. Una buena práctica es poner el despertador
media hora antes ó hacer siestas matinales.
Antes de dormirse, una vez relajado, tener la costumbre a
conectar con la firme intención de recordar el contenido de los sueños a la
mañana siguiente. Al despertar permitir que el primer pensamiento sea ¿Qué
estaba soñando? Sin moverte de la posición deja que el cuerpo recuerde,
cualquier pista nos sirve: un sentimiento, una palabra, una imagen e intentar
reconstruir la historia con ellos. Al recordar una escena, intenta recordar lo
que pasó antes, volviendo a vivir el sueño en marcha atrás.
En caso de no recordar nada, prueba a imaginar el sueño que
podrías haber tenido, observa los sentimientos presentes, las preocupaciones, y
pregúntate: ¿Qué estaba soñando?
Si te mantienes con la intención diaria podrás comprobar que
no se requiere demasiado esfuerzo para recordar los sueños. Quedarse unos
minutos quietos en la cama al despertar nos ayudará a empezar el día con más
tranquilidad y poco a poco a ir recordando.
Si se quiere trabajar con los sueños, no hay otra opción que
escribir un diario. Escoge una libreta que te guste, el formato, el papel, el
color… No es un acto cualquiera, esas hojas te van a aportar un conocimiento
sobre ti mismo que ni siquiera podrías imaginar. Es bueno tenerlo al lado de la
cama y así en cualquier instante poder escribir una pequeña sinopsis en el
momento de despertar para poder, a posteriori, desarrollar el tema.
¿Por qué olvidamos los sueños?
El motivo principal para el olvido de lo soñado es nuestro
pasado evolutivo. Los mamíferos sueñan y luego olvidan, y a nosotros como
mamíferos nos ocurre lo mismo. ¿Por qué? Los animales no tienen ninguna manera
de distinguir los sueños de la realidad. Si un gato sueña que un perro
peligroso de la vecindad ha muerto y que ha sido remplazado por una familia de
ratones ¿qué le puede pasar al gato cuándo se despierta? Tomándolo por real,
salta hambriento al patio vecino para devorar ratones y acaso él mismo se
transforma en una comida para el perro.
Vemos que el recuerdo de los sueños no es una ventaja para
los gatos y en general tampoco lo es para el resto de los mamíferos. Esto
explica por qué los sueños son tan difíciles de recordar; nuestros antecesores
y nosotros, en parte, hemos estado protegidos por la evolución de estas
peligrosas confusiones.
Al ser humano le ha crecido el lóbulo parietal donde se
aposenta la capacidad del lenguaje. Los homínidos desarrollan el habla y con
ella la capacidad de decirse unos a otros: “Ha sido un sueño”.
Recordar los sueños no nos causa ningún tipo de daño, porque
tenemos la capacidad de diferenciar entre lo soñado y lo vivido. Podemos
contarnos unos a otros los sueños y es una manera de ir comprendiéndonos e ir
evolucionando.
Un segundo motivo de amnesia onírica es haber sufrido un trauma psicológico grave.
En este caso no hay que forzar el recuerdo, irá apareciendo en la medida en que
podamos afrontarlo. El cuerpo es sabio.
Trabajar con técnicas de relajación y practicarlas en algún
momento del día o bien al acostarnos puede ayudarnos.
Los elementos destacados de un sueño son: Escenarios, tiempo
o época, personajes y emociones.
Es bueno, sobre todo se si lleva un diario de sueños,
reservar un espacio para “pactos con uno mismo”, donde reflejar el punto de
partida y los objetivos a largo y a medio plazo.
Estudiar los signos oníricos es estudiar las diferencias
entre ambos mundos, el onírico y el real (cuando vivimos el sueño es tan real
como puede serlo el mundo diurno).
Reconocer nuestro propio paisaje, es decir encontrar la
simbología de nuestros signos oníricos nos ayuda, una vez más, a reconocernos
en profundidad.
Diferencias entre sueño y vigilia: Durante el sueño las
imágenes que el cerebro forma no están alimentándose con la información
proporcionada por los sentidos. A diferencia de lo que ocurre en la vigilia,
para mantener el escenario onírico el cerebro tiene que ir inventándose
constantemente cada detalle. Uno de los papeles de la “script” en el rodaje de
una película es cuidar de que todos los detalles sean coherentes y mantengan
una continuidad de una escena a otra. El cerebro dormido, al carecer de script,
desfigura los rostros, cambia los pequeños dibujos, modifica los escritos, etc.
En sueños si un rostro se desfigura, nos sentimos aterrorizados,
pero no nos preguntamos: ¿Cómo es posible que ocurra esto?
Test de realidad: Es una aplicación de la inestabilidad
visual onírica que nos permite darnos cuenta de que estamos soñando. Para
realizar este chequeo de la realidad hay que seguir los siguientes pasos:
a)
Mirar
en sueños algo que tenga detalles, un dibujo elaborado, un rostro, o leer dos líneas
de un texto.
b)
Intentar
memorizar lo que hemos visto.
c)
Girarnos
hacia otro lado y mirar otras cosas.
d)
Volver
a mirar lo que hemos observado al principio y comprobar se ha habido cambios.
e)
Si
lo que habíamos memorizado ha cambiado, o tiene algo extraño o sin sentido,
probablemente estamos soñando. Si todo ha permanecido estable y ha seguido una
continuidad lógica, no estamos soñando.
Sueños especiales: Oves y parálisis del sueño.
Viajes astrales: “Sentí como una corriente eléctrica en todo
el cuerpo y noté cómo me desprendía de él. De repente me estaba viendo a mí
mismo desde el techo de mi habitación. Mi cuerpo físico yacía abajo, durmiendo
aparentemente tranquilo. Podía contemplar mi habitación con gran detalle. Todo
era muy real. Pensé entonces en ir al piso de arriba y de repente me encontré
atravesando paredes…” Éste podría ser el relato de un viaje astral.
Parálisis del sueño:
Una persona se despierta y no puede moverse, siente que está
paralizada, intenta mover un dedo y no puede, apenas respira. Está
aterrorizada. Intenta pedir auxilio pero no lo consigue. Un gran peso le impide
respirar, oye voces, la tocan…
Este individuo está viviendo lo que se llama “parálisis del
sueño”. En realidad la persona está dormida pero es tal la sensación de
realidad que no cuestiona nada. La causa probable de la parálisis del sueño es
que la mente ha despertado, pero el cuerpo todavía sigue con la parálisis
muscular del REM. A veces el individuo sabe que está soñando pero no puede
despertar. Una parálisis del sueño puede ir seguida de un viaje astral.
En estos casos es bueno recordar que ¡Estás soñando! No
corres ningún peligro. Relájate y saborea la experiencia.
Sueños compartidos: Son las extrañas experiencias en que dos
o más personas dicen haber tenido sueños idénticos o similares. Hay tradiciones
religiosas como el sufismo, el budismo tibetano (con el Yoga del Sueño) o el
chamanismo tolteca, que cultivan la habilidad del sueño compartido.
Percepción extrasensorial en sueños: Las facultades más
conocidas en percepción extrasensorial son: Telepatía (se percibe lo que otra
persona está viviendo o sintiendo en ese momento); Premonición (se percibe lo
que va ocurrir en el futuro) y Clarividencia (se percibe un lugar u objetos sin
que haya ninguna persona que esté allí).
El sueño lúcido es aquél en que el soñador se hace consciente
de que está soñando. El soñador lúcido, dice Laberge, puede razonar con
claridad, recordar libremente y actuar a voluntad habiendo tomado decisiones, y
todo ello mientras continúa soñando con una extraordinaria viveza.
Ejercicio de concentración con la vela y Meditación aceptando
las Energías de Amor, de Sabiduría y de Poder – Maestro Saint Germain del libro
Síntesis – Energía de la Nueva Era -
“Usted mora en la semilla de la sensación de
ser” – Sri. Nisargadatta Maharaj –
La sensación de Ser… instantes sagrados de plenitud. Espacio
libre de memoria, pensamiento, sentimiento… libre de toda connotación… Vacio…
surgiendo todas las posibilidades de creación. SOY es la clave de la
manifestación de lo que SOY, es la PRESENCIA manifestándose en toda ausencia.
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