MIRAR HACIA DENTRO

“Porque la vida, incluso entre lágrimas, hemos de celebrarla”.

                                (Rainer María Rilke)

¿Comprendéis lo que significa mirar hacia dentro? ¿Cómo las respuestas las tenemos nosotros? ¿Cómo nos cuesta enfrentarnos a nuestros fantasmas? ¿Cómo seguimos inmóviles en lo aprendido? ¿El cambio nos parece una fantasía? ¿Seguimos agarrados a nuestros falsos ídolos?

La realidad es neutra y al descubrir las pinceladas de los colores que le colocamos nos ayuda a descubrirnos en toda nuestra nobleza. No es nada erróneo constatar los pies de barro de nuestras creencias ya que nos permite derribarlos, hacer conciencia y tranquilamente salir del cine, se acabó la película y vamos a disfrutar de la magnífica realidad que es la vida, nuestra vida de verdad.

Cada vez que descubrimos o desmontamos nuestra desconexión de la realidad profunda en lugar de sacar el látigo o entristecernos, sería una buena oportunidad de celebración, alegría… y dirigirnos llenos de entusiasmo hacia otra nueva aventura. 

 SER LIBRE ES Soltar, soltar, soltar…., reír… reír… reír… y disfrutar de lo abandonado, celebrar nuestra capacidad y entregarnos a lo nuevo, aquello que la vida nos trae con total libertad.

Todo es todo y somos parte de todo, empezando por nuestra familia, la tierra que habitamos, el cosmos entero.

Observar desde la calma, sin esfuerzo, amorosamente y disfrutar de la suerte de vivir en este planeta, de ser lo que sois y en este instante. ¿Recordáis? Escogisteis esta experiencia.

En los sueños ordinarios los personajes que aparecen en los mismos corresponden todos a partes de nosotros que reconocemos o no. Nos ayudan a comprender, hacer conciencia de situaciones que estamos viviendo en aquellos momentos, partes de nuestra vida no resueltas, cosas que nos van a suceder o sencillamente momentos de lucidez. En los sueños no se separan los personajes vivos o muertos, aparece todo en el mismo instante y nos sirve para ampliar la comprensión de nuestras experiencias.

 La culpa como el miedo u otras emociones, es un aviso de que en lo que pensamos o actuamos, algo no va bien. La culpa está muy relacionada con la baja autoestima ya que la culpa como emoción no es innata en el ser humano.

La culpa y la vergüenza son emociones de carácter moral. Son autoconscientes por que se refieren a uno mismo. Los hechos negativos que los provocan son muy similares.

Podríamos decir que la culpa es interna y la vergüenza se manifiesta en el exterior. Ambas tienen muchísimo que ver con el nivel de exigencia personal y lo críticos que eran en tu hogar de infancia.

Ponerse retos como técnica de superación está bien, pero si tus expectativas son irracionales o contradicen con tu naturaleza innata serán la causa de una insatisfacción continuada, cada vez que no cumplas tus expectativas.

La culpa normalmente busca castigo (hiciste algo mal y tu mente justiciera cree que debes pagar por ello) y si no la liberas, te lo hará notar a través de síntomas corporales, malestar, inmovilidad… que serán un auténtico auto-castigo.

Es importante saber y recordar que el objetivo de la vida es ser feliz y aprender a amar.

Lo “deberías”… “debería ser ordenada”… etc. corresponden, generalmente, a las expectativas de otras personas sobre ti y tú simplemente les has dado poder para que te afecten y te sientas inadecuada si no las conviertes en realidad. Pero todavía estas a tiempo de elegir.

Escoger aquello que te haga sentir bien y sustituye los “debería” por “podría”, “si quisiera podría ser ordenada”…

La culpa es un estilo de arrepentimiento que no hemos procesado que las cosas son como son. ¿Qué aprendí de eso? ¿Soy responsable o no? Puede ser sano si es transitoria ya que con ella hice un aprendizaje de la situación en la que me sentí culpable.

Hay otro tipo de culpa que no reconozco y que parece que nacimos con ella, consciente o inconsciente, en este caso la investigación es mucho más elaborada ya que depende de muchas situaciones anteriores vividas por mi mismo o quizás en el fetos. También puede darse el caso de maldiciones generacionales, de raza, familiares… incorporadas en las memorias ancestrales.

Las energías se forman con los pensamientos, acciones… y las atraemos o las rechazamos según la situación que estamos viviendo. Si se repetían se van incorporando en la materia y llegan a formar parte de nuestro personaje. Generalmente no somos conscientes y ahí la mayor dificultad en reconocerlas.

Nacimos inocentes sin pecado original (es una simbología que hay en la biblia mal interpretada) y somos inocentes.

Os propongo un trabajo, si queréis realizarlo, sois libres. Ahora que hemos activado los canales del corazón y están funcionando físicamente: Imaginar un rayo rosa que viene del segundo nivel de conciencia, entra por el séptimo centro y va a vuestro corazón; allí se fusiona con el fuego sagrado y en ese instante decir: Soy Inocente, Soy Inocente, Soy Inocente.

    

 “Cada movimiento religioso, político, artístico, forma un egregor; cada país también. Un egregor es un ser psíquico formado por los fluidos, los pensamientos, los deseos de todos los miembros que trabajan con el mismo fin. Con frecuencia, arriba, los egregores se hacen la guerra, y ciertos clarividentes ven sus combates. Cada uno tiene sus colores, sus formas particulares. El egregor de Francia es un gallo, el de Rusia, un oso, etc… Pero ni el oso, ni el gallo, ni el tigre, ni el dragón arreglarán las cosas. Es necesario ahora que la humanidad entera forme el egregor de la paloma que atrae la paz. Pero, ¿quién la formará cuando todos trabajan para sí mismos? ¿Los cristianos? ¡Id a ver en Irlanda si los católicos y los protestantes trabajan para la paz!

La Fraternidad Blanca Universal ha aparecido en la tierra porque los espíritus de lo alto han decidido introducir una nueva corriente entre los hombres. Diréis que ya existen… Cada uno trabaja para su capilla, cada uno cree ser el único poseedor de la verdad, y se toma por el centro del universo. Hasta se puede decir que son los movimientos espiritualistas los que contribuyen a impedir la venida del Reino de Dios en la tierra. Aunque su fin es el bien y la luz, no trabajan para la colectividad.

Únicamente la Fraternidad Blanca Universal acepta al mundo entero con sus particularidades.

…Trabajar solo y únicamente para sí mismo es la vieja enseñanza que debemos reemplazar. Naturalmente cada cual debe trabajar individualmente, pero para el bien de la colectividad, porque una colectividad debe estar formada por individuos perfectos. Por otra parte, cuando esto sucede, ya no se llama colectividad, sino fraternidad. Una colectividad puede estar formada por una gran cantidad de personas que viven y trabajan en el mismo lugar, en una escuela, una empresa, una ciudad, un pueblo… Pero esas personas no por ello forman una fraternidad: no se conocen, quizás ni se quieren, Mientras que una fraternidad es una colectividad en la que prevalecen el amor, el calor, la ayuda mutua, la cohesión, en la que cada individuo trabaja conscientemente para el bien de todos. En consecuencia hay que distinguir tres niveles: la vida individual en la que el hombre trabaja solo, separado, aislado, replegado sobre sí mismo; la vida colectiva, en la que los individuos se agrupan en base a unos intereses comunes, pero sin conocerse y amarse; y finalmente, la vida fraternal, universal.

La Fraternidad Blanca Universal aporta una nueva filosofía, la cual ciertamente, no rechaza el antiguo ideal de perfeccionamiento individual, sino que le da un sentido nuevo: servir únicamente al perfeccionamiento de la colectividad”.

 Una filosofía de lo Universal  (Omraam Mikhaël Aïvanhov -1900 – l986)